Sobre los nuevos términos y condiciones de WhatsApp
Un avance contra la privacidad
El lunes 8 de enero WhatsApp anunció una actualización de su política de privacidad y términos. Esta actualización (que excluye a los residentes europeos) amplía la forma en la que la plataforma compartirá los datos de los usuarios con Facebook y con el resto de las aplicaciones de su propiedad, como Instagram o Messenger.
En los términos y condiciones, se habla de una nueva forma de usar WhatsApp para que tus datos, mensajes, contactos, ubicación (y un largo etcétera que veremos más abajo) puedan ser usados para mejorar el algoritmo del que Facebook se vale para comercializar productos.
“Exploraremos maneras para que tú y diferentes empresas puedan comunicarse usando WhatsApp, por ejemplo con información de pedidos, transacciones y citas; notificaciones de entrega y envío; actualizaciones de producto y servicio; y marketing en general… Es posible que recibas información sobre el estado de un vuelo próximo, un recibo de un artículo que compraste o una notificación sobre una entrega realizada. Los mensajes que posiblemente recibas con contenido de marketing pueden incluir ofertas sobre productos o servicios que podrían interesarte”.
Para esto, la plataforma empezará a recopilar información que se distingue entre datos que se proporcionan desde tu cuenta, los datos de tu actividad que se recopilan automáticamente e información de terceros.
Entre los datos de la cuenta que “aceptamos compartir” se incluyen nuestro número de teléfono, nuestros grupos, historial de conexiones, listas de difusión, nombres y fotos de perfil también de nuestros contactos.
En cuanto a la información que WhatsApp recopila automáticamente de nuestra actividad se incluye: información sobre la forma en que se usa y se interactúa con otros usuarios a través de los servicios de Facebook, información sobre transacciones como recibos de pagos, incluidos los de las tiendas de aplicaciones o terceros que procesen tu pago; información sobre tu dispositivo como el modelo, el sistema operativo, navegador, red móvil y la IP (y con esto tu ubicación); información sobre las “Cookies”, que es la información que se guarda en tu dispositivo al navegar en internet; información sobre tu estado, es decir, cuando estás en línea, tu última conexión o incluso cuándo modificaste por última vez tu mensaje de estado.
Sobre la información de terceros, hay 3 puntos: la información que otros usuarios proporcionan sobre nosotros cuando utilizan los servicios de Facebook. La información que proporcionamos a sus “proveedores externos” para recopilar información de mapas o procesos de pagos. “Estos proveedores externos pueden proporcionarnos información sobre ti en ciertas circunstancias; por ejemplo, las tiendas de aplicaciones pueden enviarnos informes que nos ayudan a diagnosticar y solucionar problemas con el servicio.”. Y por último, la información que reciben de nosotros los llamados Servicios de terceros: “si usas el botón de Compartir en WhatsApp en un servicio de noticias para compartir un artículo con tus contactos, grupos o listas de difusión de WhatsApp en nuestros Servicios, o si decides acceder a nuestros Servicios por medio de la promoción de un operador de telefonía móvil o de un proveedor de dispositivos móviles.” O por ejemplo “si usas un servicio de copia de seguridad de datos integrado con nuestros Servicios (como iCloud o Google Drive), recibirán información sobre lo que compartes con ellos”.
Con respecto a la privacidad de los chats, si bien se aclara que mantienen el llamado cifrado de extremo a extremo (desde que salen hasta que llegan), la plataforma guarda en sus servidores todos los mensajes hasta el momento en que son recibidos, luego de eso se eliminan. Aún así, en sus términos dicen que “Facebook no usará tus mensajes de WhatsApp para ningún otro propósito que no sea el de asistirnos en operar y proveer nuestros Servicios”.
Muchas voces se levantaron en críticas contra esta decisión de la app. Personalidades como el fundador de Tesla, Elon Musk, y Jack Dorsey, cofundador de Twitter salieron al cruce y respaldaron abiertamente a Signal. De hecho, tras los dichos de Musk las acciones de Signal se dispararon un 500%. Incluso, la compañía de análisis de datos Sensor Tower reportó que más de 100.000 usuarios instalaron Signal, mientras que Telegram registró casi 2,2 millones de descargas, según la agencia de noticias británica Reuters. Mientras que las descargas de WhatsApp cayeron un 11% en los primeros siete días de 2021 en comparación con la semana anterior, de acuerdo a Sensor Tower.
Use Signal
— Elon Musk (@elonmusk) January 7, 2021
El éxodo hacia aplicaciones alternativas gira en torno a un concepto que empieza a ponerse de moda: el cifrado o encriptación de los mensajes, que es un método que convierte los datos en una forma ininteligible. Pero en términos generales, la diferencia entre WhatsApp y sus competidores es que tanto Signal como Telegram no pertenecen (por ahora) a ninguna corporación, es decir que cualquier información que pueda obtener no interactúa con Messenger, Facebook o Instagram.
¿Qué es Signal?
Fundada por Moxie Marlinspike y Brian Acton (cofundador de Whatsapp) en 2018, el objetivo de Signal es proporcionar a sus usuarios una aplicación de mensajería completamente encriptada. La aplicación es de código abierto y, de hecho, WhatsApp actualmente utiliza el protocolo de cifrado de extremo a extremo de Signal.
El historial de chat de la aplicación se almacena en el dispositivo del usuario en lugar de, como con WhatsApp, en un servidor en la nube específico de la aplicación.
Signal también permite establecer un PIN de bloqueo de registro, que ayuda a los usuarios a proteger la información de perfil privado. Este número también se puede utilizar para recuperar perfiles, configuraciones, contactos si un usuario pierde el dispositivo o cambia a uno nuevo.
Además de cifrar los mensajes, el servicio de Signal oculta otra pieza importante de metadatos: quién envía mensajes a quién. A través de la función de ‘remitente sellado’, la aplicación oculta los detalles del remitente y el destinatario.
¿Y Telegram?
La aplicación de mensajería consta de dos capas de cifrado seguro. El cifrado servidor-cliente se utiliza en los chats en la nube (chats privados y grupales), mientras que los chats secretos de la plataforma utilizan una capa adicional de cifrado cliente-cliente.
Telegram usa una combinación de AES de 256 bits, RSA de 2048 bits e intercambio de claves Diffie-Hellman y además introdujo hace poco la posibilidad de borrar unilateralmente todo el historial de mensajes que se tiene con una persona sin dejar rastro. Estos “chats secretos” que utilizan cifrado extremo atraen a cada vez más usuarios a la aplicación. Tampoco pueden ser reenviados a otro chat y se puede activar la autodestrucción de mensajes.
¿Nuestros datos y mensajes están realmente seguros en las empresas capitalistas?
Está claro que los términos y condiciones de las empresas se actualizan en función de intereses privados y de ésto tampoco están exentas Telegram, Signal ni ninguna empresa capitalista. El desarrollo tecnológico de las plataformas bajo el capitalismo puede encontrar formas ingeniosas de proteger nuestra privacidad frente a los casos como WhatsApp, pero aún así, cuanto más seguras son las plataformas de mensajería, más tienden a monopolizar la oferta de medios de comunicación y el valor de la información que pueda almacenar se eleva y cae en la venta de datos debido a la presión ejercida por los mercados bajo la necesidad del capitalismo de mercantilizar nuestros gustos y preferencias y datos privados para el lucro privado.
Para navegar o comunicarnos con privacidad real, sin que nuestra actividad sea vigilada y comercializada, no basta con encontrar una alternativa temporal sino con expropiar los medios bajo el control popular y bajo una economía planificada en función de los intereses populares.
https://prensaobrera.com/internacionales/por-que-twitter-y-facebook-bloquean-a-trump/
https://prensaobrera.com/cultura/informe-especial-espionaje-sobre-la-telefonia-movil-y-las-redes-sociales/
https://prensaobrera.com/cultura/el-dilema-de-las-redes-sociales-algoritmos-y-fake-news/