En un estadio de River colmado, el icónico ex líder de Pink Floyd, Roger Waters se presentó en Buenos Aires, en el marco de la que dice, sería su última gira “this is not a drill” (esto no es un simulacro). El show fue un verdadero manifiesto de lucha de inicio a fin, o como dijo el mismo: “si sos de los que dicen que te encanta Pink Floyd pero no soporto la política de Roger, podés irte a la mierda, andate a un bar ya mismo”.
Y no es para menos, Waters viene siendo perseguido hace mucho tiempo por sus expresiones en favor del pueblo palestino, contra el genocidio televisado que todos estamos viendo por parte del Estado sionista de Israel. ¿Quién con las redes sociales puede ser ajeno a esta masacre? En nuestro país, luego de que hasta los hoteles más importantes le negarán alojamiento, la encargada de ponerse de punta contra sus shows fue la DAIA, orquestando un circo hasta horas antes del evento, acusando al músico de tener declaraciones antisemitas, buscando que se suspenda su presentación. “Sin lugar a dudas, Roger Waters promueve discursos de odio y su conducta viola la Ley Antidiscriminatoria, una legislación valiosa que rige en la República Argentina y que fue promovida por la DAIA”.
Nadie que haya oído alguna vez la obra del músico, ni de su anterior banda, ni sus propias expresiones públicas, podría concluir en semejante dislate. Pero tal es la impunidad con la que se maneja el sionismo asesino. Los intentos de censura contra quienes levantamos la voz en contra de la barbarie a la que el Estado de Israel somete hace décadas a dos millones de personas en un verdadero guetto a cielo abierto, somos de inmediato tildados de antisemitas, en una total banalización de la propia historia del pueblo judío.
No se puede tapar el sol con las manos, ni el genocidio suspendiendo un show
A cuadras de River agrupaciones de izquierda como el Partido Obrero y el MST fuimos a plantar nuestras banderas en apoyo al pueblo palestino. A repartir volantes, a denunciar. La respuesta fue un impresionante operativo policial, promovido por la denuncia de las autoridades sionistas de un colegio muy conocido de la zona, por supuestas amenazas.
En el escenario, el mismo Waters redobló la apuesta. Por la denuncia de la DAIA, la justicia había dictaminado que una fiscal estuviera presente en River para monitorear la situación, de manera cautelar y se le ordenó al músico “abstenerse de llevar adelante y/o permitir la proliferación de conductas, cartelería o consignas discriminatorias”. En uno de los preludios Roger habló de las calumnias y sobre los intentos de censura contra él y su obra, manifestando que esto pasa porque “defiendo los derechos humanos de todas las personas”. Y en medio de un impactante espectáculo visual, levantó la denuncia al asesinato de una mujer en Alemania por ser judía, despabilando, si aún quedaba alguna duda al respecto, su posición.
Igualar antisemitismo con antisionismo, es el intento burdo y despreciable del que se hicieron los defensores de la masacre contra el pueblo palestino para justificar ante los ojos del mundo lo injustificable. Waters le pega a los presidentes yanquis de todo tipo y color partidario por su amor a las guerras. Expone con nombres y apellidos, cual dibujo tallado a sangre en las paredes, a asesinados por su religión como Anna Frank o por su color de piel como Lucas González, el joven jugador de fútbol asesinado brutalmente por la Policía de la Ciudad. Waters denuncia la violencia y la censura contra medios y periodistas como el emblemático caso de Julián Assange o los asesinatos a reporteros de guerra. Hasta “los pibes de Malvinas” están presentes en su obra y en una despiadada denuncia a Margaret Thatcher a quien denomina una “criminal de guerra”.
Entre “Another Brick in The Wall”, “Sheep”, “Money”, “Two Suns in the Sunset”, la historia de Pink Floyd y por tanto la del propio Roger, junto a la denuncia contra la guerra, el grito contra el fascismo y el llamado a resistir y luchar contra él, fueron el telón de fondo de un espectáculo impresionante. Los visuales, las luces, el sonido, todo estuvo dispuesto a la perfección para que el público sea partícipe, no ya de un show, sino de un verdadero manifiesto político y poético en defensa de los derechos humanos. En el intermedio del show el estadio vitoreó “Nunca Más” y “El que no salta votó a Milei”. “No necesitamos control del pensamiento, necesitamos resistir al capitalismo, al avance del fascismo y a las guerras”. En la que dice será su despedida de los escenarios, Roger Waters plantea mucho más que un concierto, una catarsis colectiva, un manifiesto para salir a luchar.
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encontrarás todos los días la cobertura de las grandes luchas del movimiento obrero, la mujer y la juventud, y el análisis de los principales hechos políticos nacionales e internacionales desde una mirada socialista.
Se presentó “Mario Montoto. El negocio del encierro, control y punitivismo en Argentina”, publicado por el Comité Argentino de Solidaridad con el Pueblo Palestino.
En un Luna Park colmado, SKA P volvió a levantar el puño por la resistencia Palestina
8400 personas gritaron “Piedras contra balas, una nueva intifada en Cisjordania, en Gaza o en Jerusalén// Ohh, quién podría imaginar oh // Que David fuese Goliat”, por una Palestina Libre.
SKA P, la banda española de ska punk, dio su primer show en Buenos Aires el domingo 5, en un Luna Park repleto. Fue una noche de gran fiesta antifascista y combativa fiel a su estilo. Y como no podía ser de otro modo, la lucha del pueblo palestino contra la masacre sionista que esta llevando a cabo el estado genocida de Israel, tuvo un lugar destacado.
“Nos hablan de guerra y no, es un genocidio a un pueblo inocente”, comenzaba Pulpul, vocalista de la banda, en su intervención, cargando las tintas sobre las fakes y el discurso unidireccional que bajan los medios masivos de comunicación en favor de Israel. “Palestina no es Hamas, Palestina es mucho más, llevan décadas sufriendo el apartheid, décadas sufriendo ser ciudadanos de segunda clase, décadas sufriendo nuevos asentamientos que los echan de sus tierras, los echan de sus casas y lo peor de todo es el silencio, el silencio horrible, de la comunidad internacional, el apoyo de EEUU y de la Unión Europea”, sentenció Pulpul antes de dar inicio a su famosa canción “intifada” que describe la lucha del pueblo palestino que resiste hace décadas la avanzada sionista del Estado de Israel.
https://www.instagram.com/p/CzUFFAxtL6I/
Seis millones de judíos aniquilados de la forma más cruel // Un genocido imperialista por ejércitos fascistas, de la historia hay que aprender // Las víctimas se han convertido en los verdugos se vuelven del revés //Colonizando territorios Palestinos, de nuevo atentando a la sensatez.
Hace algunos meses Ska P fue censurado. La Fiscalía de Munich, Alemania, prohibió que durante el show en aquella ciudad, la banda tocará este emblema de la resistencia y en aquel evento la respuesta de la banda y del público fue levantar el puño y gritar más fuerte Palestina libre. “Israel es un estado terrorista – continúaba en Buenos Aires Pulpul – Nos pueden censurar como nos censuraron en Alemania, pero seguiremos gritando por el pueblo palestino. ¡Viva Palestina libre! ¡Que paren las bombas! ¡Que los dejen vivir en paz! ¡Que devuelvan sus tierras! ¡Viva Palestina libre!”
https://www.instagram.com/p/CzT3NSUrpfi/
En las tribunas del estadio se podían ver desde temprano muchas remeras y banderas Palestinas. Incluso estuvo presente la Agrupación Judies por Palestina, organización argentina de judies que bajo la consigna “no en nuestro nombre”, lucha por la independencia Palestina y porque no se asocie la lucha antisionista con el antisemitismo, vulgaridad de la que suele hacerse el discurso pro Israel para justificar el genocidio.
La política nacional también estuvo presente en varios momentos de la noche, cuando el Luna Park se desbordaba en un solo grito “el que no salta vota a Milei” y Ska P también recogió el guante en la previa de su tema dedicado a la farsa de la democracia burguesa, invitando a desenmascarar al fascismo de Javier Milei, “no te equivoques Argentina”. Antes de que comience a sonar: Ni fu ni fa // democracia que se convierte en banalidad // puedes elegir sin diversidad // si no estás con los gigantes te aplastarán // toma voto inútil.
Ska P se presentará nuevamente en el estadio Luna Park este martes 7, antes de lo que será un parate de la banda por tiempo indeterminado. El público antifascista internacional estará esperando ansioso a cuando los vallecanos decidan volver a subirse a los escenarios a cantarle a la rebelión de los pueblos de un mundo lunático.
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Se presentó “Mario Montoto. El negocio del encierro, control y punitivismo en Argentina”, publicado por el Comité Argentino de Solidaridad con el Pueblo Palestino.
Gabriel Solano, dirigente del Partido Obrero en el Frente de Izquierda Unidad, se refirió al resultado las Paso desde el bunker de la lista Unidad de Luchadores y la Izquierda, y enfatizó “el dato indudable es que Milei está haciendo una muy buena elección en todo el país, en muchos distritos y entre sectores populares, porque ha expresado la bronca ante la crisis económica y social y frente al fracaso del gobierno. No nos sorprende a nosotros, que lo vimos venir y lo discutimos durante toda la campaña, alertando una y otra vez que como para una parte de la población este gobierno aparecía como ‘progresista’ y hasta de ‘izquierda’ la reacción ante su fracaso era hacia posiciones de derecha. De ahí nuestra insistencia en que debíamos delimitarnos claramente del kirchnerismo para evitar que su hundimiento envuelva al Frente de Izquierda”.
El dato indudable de la elección es que Milei está haciendo una gran elección en todo el país, en muchos distritos y entre sectores populares. Ha expresado una bronca que existe ante la crisis económica y social y frente al gobierno.
“El programa de Milei es abiertamente fascistizante, porque plantea un ofensiva capitalista de fondo contra la clase obrera y los sectores populares. Por eso hace eje en la criminalización a los movimientos de lucha y sostiene abiertamente un discurso represivo. Sin embargo está lejos de ser un fenómeno consolidado. No hay una derechización definitiva del pueblo argentino. El triunfo de Milei aparece como un golpe a las fuerzas tradicionales que estuvieron a cargo del Estado en las últimas décadas. Los pobres resultados recogidos por el peronismo y Juntos por el Cambio abren una crisis política muy aguda, que deberá procesarse en un cuadro de derrumbe económico y social. Los malos resultados obtenidos por Milei en las elecciones provinciales previas, incluida ahora la votación de Marra en la Ciudad de Buenos Aires, muestra que estamos lejos de una fuerza consolidada capaz de enfrentar la situación de crisis abierta”, agregó Solano.
Luego reflexionó que “en este cuadro la votación del Frente de Izquierda Unidad ha estado por detrás de las expectativas previas. Fue bastante inferior a las elecciones de 2021, aunque hasta el momento los números que tenemos son similares a las de 2019. Nuestra lista en las internas del FIT-U obtuvo entre el 30% y el 35%, y triunfó en la elección a jefe de gobierno de CABA con la candidatura de Vanina Biasi. A partir de esta elección se abre un nuevo cuadro político, en el que nos esforzaremos por superar el impacto político de este triunfo de la derecha mediante la organización de los trabajadores, tanto en el terreno político y reivindicativo. Este será el contenido de nuestro llamado a votar a las listas del FIT-U, que encabezará Myriam Bregman.
Por último, concluyó manifestando que “nuestra campaña electoral puso el primer mojón de lucha para lo que viene, que serán momentos desafiantes para toda una generación de la militancia en Argentina. Y vamos a enfrentar a la derecha y al capital en la calle como lo hemos hecho siempre”.
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Fue en el marco de un evento organizado por el staff de La Derecha Diario, medio de comunicación que forma parte del aparato de propaganda del gobierno nacional.
Con un guion plagado de referencias populares de la historia argentina de las últimas décadas y de algunas latitudes cercanas, Marcelo Piñeyro y Claudia Piñeiro nos presentan la segunda entrega de El Reino, la serie que en su primer temporada hizo poner el grito en el cielo a más de un miembro de la curia por denunciar la pedofilia y la corrupción al interior de la Iglesia y sus alianzas políticas con la ultraderecha.
Mientras Tadeo y Jonathan viajan por el norte argentino, descubriendo la podredumbre que anida hasta en los pequeños pueblos, Emilio Vázquez Pena se encuentra presidiendo un gobierno cuestionado y al borde del estallido social. El rebaño que antes seguía fielmente a su pastor se encuentra harto y sublevado. ¿Cuál es la chispa que desata finalmente el incendio popular? Un asesinato en manos de la policía jujeña de un activista (apenas un joven revoltoso) que estaba boicoteando un dique de una multinacional que se roba el agua del pueblo.
¿Qué puede contener la bronca desatada que recorre las calles pidiendo la renuncia del presidente? ¿Cómo recuperar la contención y por lo tanto el mando? Son las preguntas que comienzan a preocupar al gobierno, y la jugada elegida será generar un enemigo, uno que infunda miedo, uno aún más grande y fuerte que haga de la bronca una nimiedad. ¿Y ese miedo de dónde sale? Se construye. Lo construyen los medios digitados por el poder que se encuentra en manos de la ultraderecha que gobierna en una alianza estratégica entre la iglesia evangélica, grupos conservadores, sectores militares y de las fuerzas de seguridad, a través de la difusión de fake news y discursos de odio.
Ese terror tendrá características que han sido harto utilizadas para estigmatizar y engendrar temor y que vemos en gobiernos de todo tipo y color en las últimas décadas. Así se monta una campaña contra el comunismo, ateo y marxista. Acusan a Tadeo y su gente de querer reeditar la guerrilla de los ‘70, pero esta vez el tiro saldrá por la culata.
Del héroe anónimo a la unidad rebelde de las masas
La desigualdad y la lucha atomizada de lxs oprimidxs sobrevuelan toda la historia. Una parodia equivocada y desacertada del funcionamiento de los centros de estudiantes, fábricas recuperadas cuyos trabajadores están solos y atrincherados sobreviviendo. Una diputada de izquierda que se alía a los buscadores de la verdad: una fiscal, un abogado, todas señales que hacen del guion de El Reino 2 un intento de rescate de las instituciones democráticas que anidan al huevo de la serpiente.
Según cuenta la serie, el malo es quien detenta el poder. Es Vázquez Pena y sus asesores inescrupulosos. Pero nunca se echará tintas sobre la responsabilidad del sistema capitalista. De hecho, en este intento de rescate, la historia pierde de vista algo fundamental: que el crecimiento y el auge dentro de los sectores populares de este tipo de alianzas políticas de parte de la derecha son producto de la bronca y el hartazgo que provocan en la población el fracaso de los gobiernos capitalistas y de su democracia.
Lxs espectadorxs encontraremos en esta segunda entrega un constante bombardeo de referencias del pasado político cercano, que generan un empalague de recursos sobre la construcción de los personajes. Aun con esto las actuaciones destacadas de Joaquín Furriel, Diego Peretti y poco más, garantizan una historia pochoclera y maratónica, fiel al estilo Netflix.
Una vista progre sobre la realidad que deposita las expectativas en un héroe anónimo o con nombre, pero que no deja de ser una suerte de mesías. Un hombre que va a mejorar las cosas, ni siquiera a cambiarlas. Un defensor de una buena Iglesia, de un honorable sistema judicial, de un capitalismo bueno, que fue intervenido y desviado por el mal. Tras cuya figura se levantarán lxs desvalidxs.
Se trata de seis episodios que vienen a cerrar la historia iniciada en la primera entrega, volviendo a poner bajo la lupa la preocupación por las consecuencias, perjudiciales para las grandes mayorías, del avance y el auge de los sectores más reaccionarios. En este punto la serie da en el clavo, pero la derrota de los Vázquez Pena no vendrá de la mano de las instituciones actuales sino de la organización independiente y la lucha de los trabajadores en las calles.
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Luego que lxs secundarixs tomarán en forma masiva los colegios porteños y de la enorme movilización educativa a Jefatura de Gobierno en pleno paro docente, el Gobierno de CABA continúa con una campaña de estigmatización, persecución y hostigamiento sobre lxs estudiantes primero y luego sobre las familias que apoyaron las tomas. Está semana comenzaron a llegar a los domicilios particulares cartas documento e intimaciones de abonar sumas millonarias “por daños y perjuicios causado al erario público correspondientes al pago de salarios de personal por cada día sin clases debido a la toma de la escuela”. En este contexto las familias que apoyan la lucha que están dando lxs pibxs comenzaron a organizarse comprendiendo que se trata de una maniobra de parte del gobierno de Larreta para desarticular la lucha.
De hecho, en algunas reuniones se plantea la necesidad de dar una respuesta judicial conjunta y además se propone impulsar acciones públicas en común junto a familias de otros colegios. Con este objetivo, desde la asamblea de familias del Colegio Osvaldo Pugliese de Villa Crespo (más conocido como “Padilla”), están circulando este comunicado:
Comunicado de Padres y madres del Colegio Osvaldo Pugliese.
Denunciamos públicamente a través de este documento, el método de hostigamiento y persecución del GCBA, cómo lo demuestra está comunicación entre la Fiscalía de la Ciudad y la Policía, pretendiendo dividir la comunidad educativa y disciplinar a nuestros hijes.
A poco de cumplir 40 años de democracia, intentan desviar el contundente reclamo de les pibes y disciplinar. No lo van a lograr, no vamos a permitir que ataquen a nuestros hijes y nos convocaremos en acciones en defensa del derecho a una Educación Pública de calidad.
Exigimos la inmediata cancelación de envío de misivas intimidatorias y el resguardo de la identidad de nuestres hijes y hacemos responsable a la Ministra de Educación del GCBA Soledad Acuña y al jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta de todo daño que pueda producir en nuestras familias.
A su vez, el jueves 13 en la Legislatura porteña, está citada una “Audiencia Públicacontra la violencia policial de Larreta y Acuña sobre la comunidad educativa”, que fue convocada desde la Comisión contra la violencia institucional que preside el legislador del Frente de Izquierda Unidad, Gabriel Solano.
Abajo la persecución de Larreta y Acuña, no permitamos que oculten con estas campañas persecutorias y difamatorias los justos reclamos que recorren los colegios porteños por calidad en las viandas, contra las pasantías truchas, por condiciones edilicias. Todo el apoyo a lxs secus, familias y docentes que se organizan y luchan para defender la educación pública contra el ajuste de los gobiernos.
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La serie examina las inmensas presiones sobre las concursantes.
Estereotipos de belleza, cuerpos hegemónicos, glamour, fiestas y moda. ¿Qué hay detrás de escena de los concursos de belleza donde las postulantes a reinas parecen salir de cuentos? Esta pregunta acompaña la nueva serie de Lucía Puenzo “Miss 89”, que puede verse por Starz Play o encontrarse con paciencia en alguna página de streaming. Tras el escaparate estético, Puenzo propone un thriller político donde la idea de sobrevivir dentro de “la finca La Encantada” termina siendo más importante para las jóvenes concursantes que ganar la corona. La directora de ‘La jauría‘ escribe y dirige esta serie de ocho episodios sobre el acoso, los abusos y el maltrato que reciben las concursantes, lo que se suma a estándares de belleza imposibles de cumplir: dietas inhumanas y operaciones sin sentido.
Todo por la corona
Drogas, prostitución, cirugías y abortos clandestinos, ¿hasta dónde están dispuestas a llegar las mujeres que participan en estos concursos? ¿Es solo ambición o necesidad económica? “Miss 89” cuenta la historia de algunas de estas princesas que “sueñan” con ser elegidas.
Los muros de la glamorosa finca son los escenarios donde se gestan pactos políticos, alianzas económicas y más de un negociado millonario. Y a pesar de ser las piezas de intercambio, ninguna de las concursantes es capaz de denunciar la vida paralela que ocurre en el concurso de belleza más famoso de México, donde el acoso, la violencia de género y la explotación sexual son vistos como el precio a pagar por la posibilidad de convertirse en una Miss. La Encantada es en definitiva una fábrica de reinas donde médicxs, nutricionistxs, entrenadorxs, empresarios, narcotraficantes, la cadena más importante de televisión y políticos moldearán a la próxima cara de México.
Quizás uno de los detalles más interesantes de este thriller es que no está presente la lógica binaria de “hombres culpables y mujeres inocentes”. Muchas mujeres dentro de La Encantada son funcionales al machismo en el que se criaron y son cómplices de ese universo. En este punto la serie intenta ampliar un poco la mirada y tensar sobre el rol que tuvo la mujer en los años 80.
¿Pura ficción?
En noviembre del 2020 varias reinas de belleza mexicanas denunciaron los abusos que recibieron por parte de la promotora de los concursos, Lupita Jones. Sofía Aragón, Daniela Leal, Luz Elena González, Elena Lizárraga, Cynthia de la Vega, entre otras, contaron su experiencia al lado de la primera Miss Universo mexicana, coronada en 1991. Denunciaron que fueron sometidas a discriminación, presiones por su peso, intimidación y agresiones. “Exhortamos a levantar la voz y unirnos para que pongamos un alto este tipo de abusos, compartimos este comunicado como símbolo de unión y solidaridad“, concluyeron en un documento. Lupita Jones respondió las denuncias con un video atacando a las denunciantes.
En noviembre del 2021, Ndèye Fatima Dione, miss Senegal 2020, denunció haber sido violada por un miembro de la organización del concurso de belleza y ser madre de un bebé producto de esa violación. La presidenta del comité organizador del concurso le respondió asegurando que “una violación implica a dos personas (…) si te violan es porque te lo has buscado”, generando una inédita oleada de indignación en el país por apología de la violación. En redes sociales se imponían los hashtag #JusticepourFatima, #StopApologieViol, #MeToo o #BalanceTonPorc en apoyo a la denunciante.
En febrero del 2022, Cheslie Kryst, elegida Miss USA en 2019, se suicidó arrojándose al vacío desde su departamento, ubicado en un rascacielos de lujo en Nueva York. Padecía una gran depresión producto de las presiones sociales y la obsesión por lucir “joven”. “La sociedad nunca fue amable con quienes envejecen, sobre todo con las mujeres (se hacen excepciones ocasionales para algunas de las ricas y otras de las famosas). Cuando fui coronada Miss USA 2019 a los 28 años, era la mujer de mayor edad en ganar el título, una designación que (…) apenas podría alegrar a algunos fanáticos acérrimos del concurso, quienes de inmediato empezaron a solicitar que se redujera el límite de edad”, escribía Cheslie en marzo del 2021.
Estas son solo algunas de las noticias de los últimos años. Los estándares de los concursos de belleza, como se ve, son una excusa para hablar de otras cosas. “Miss 89” de Lucía Puenzo intenta resaltar en amarillo el mundo oscuro que hay detrás, pero los anota hace más de 30 años. Sin embargo, hoy en día siguen existiendo este tipo de certámenes, que aunque posan de estar rompiendo con los estereotipos y los cuerpos hegemónicos, siguen exponiendo las concursantes a todo tipo de exigencias por la recompensa obtener la preciada corona.
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Si alguien caracterizaba la ausencia de los gobernadores de Juntos por el Cambio en la reunión de este miércoles con Guzmán como una diferencia sobre el rumbo económico a tomar, Gerardo Morales se encargó de anular esa interpretación. Finalmente, el gobernador de Jujuy y presidente del Comité Nacional de la UCR arregló con Alberto Fernández que los mandatarios opositores se juntarán con el ministro de Economía a principios de la semana que viene. Los bloques políticos no están para nada exentos de crisis y grietas internas, y la oposición de JxC va a querer que el gobierno pague el mayor costo político de gestión posible, pero, como afirmó el propio Morales, “jugar a las escondidas con el tema de la deuda es una pendejada” (Infobae, 4/1).
Acuerdos de “Fondo”
El régimen político no está dispuesto a un no arreglo que, más allá de las diferentes versiones sobre sus detalles, tiene al FMI firme en sus exigencias: devaluación (40%, por lo menos), ajuste fiscal (recorte a la asistencia social, tarifazos) y aumento de la tasa de interés. La cuestión energética parece haber agregado un asterisco más al contrato. El aumento del gas licuado a nivel mundial (180% entre septiembre de 2020 y el mismo mes de 2021) puede hacer que el Fondo pida más aumentos de tarifas porque la baja de subsidios no alcanza (El Cronista, 4/1), o bien acentúe la atención en otras medidas de ajuste que compensen tal situación.
Los tarifazos (quizá más altos de lo que se pensaba) se harán sobre un servicio en crisis y colapso, que en época de fiestas dejó a 21.000 hogares sin suministro en el AMBA (mientras esta nota se escribe, de hecho, 4.500 establecimientos siguen sin luz). El colapso alcanza no sólo a la luz sino a la provisión de agua potable, que escasea en el conurbano y en gran parte del interior. Son las consecuencias de seguir durante años una política de concesión que fomentó el vaciamiento y la desinversión con subsidios estatales. Las multas a Edesur son irrisorias, menos de 96 pesos por cada cliente.
Es un episodio más que demuestra la necesidad de abrir las cuentas de esas empresas para verificar el desfalco de los fondos públicos. Esa medida debería ser acompañada por una estatización bajo control obrero, para que estén esos recursos al servicio de los que trabajan y no de las cuentas bancarias de esos empresarios.
Los discursos derechistas que buscan instalar que con los aumentos pueden venir de la mano mejores servicios no son más que propaganda trucha, porque no habrá más inversión sino aumentar el peso del gasto en los clientes. Es solo descargar la crisis sobre los trabajadores. Como pide cualquier acuerdo con el Fondo.
#TesteateEnCasa
Lo que también se corta (como la luz) son los testeos. Y eso ocurre en un momento de avance de la pandemia, no solamente por los más de 96.000 casos del pasado miércoles, sino también por el margen altísimo de positividad: más de la mitad de los testeos realizados.
Este avance se traduce en colapsos de los centros de testeos, cuya demanda aumentó entre un 300 y un 400% en las últimas semanas. No es casual: a fin de año, el gobierno de Kicillof despidió personal de salud de la “Campaña contra el Covid-19” en la provincia. Esta política no es patrimonio exclusivo de esa jurisdicción: Larreta viene de despedir, en septiembre pasado, a 1.000 enfermeros y enfermeras. Las situaciones de colapso derivan en un personal agobiado y expuesto como nunca al contagio.
Ante esta situación, tanto Carla Vizzoti (Nación) como Fernán Quirós (Ciudad) empezaron a promover los “autotest”, que cuestan más de 2.000 pesos. También el “autoaislamiento”, que se desliga del problema del testeo en tanto gobierno.
Una mayor propagación del virus llegó en un momento en el que se aplica lo dictado en el Presupuesto (no votado, finalmente) que planteaba un recorte en el área sanitaria de por lo menos el 13%. El FMI no es salud.
No culpes a la playa
El fin del año 2021 e inicios del año entrante trajeron consigo un despertar del movimiento ambiental. Al “Chubutazo” contra la megaminería a cielo abierto le siguió, esta semana, el “Atlanticazo” contra la explotación petrolera en la costa marplatense.
Las iniciativas que depredan el ambiente para favorecer al capital son una política de Estado, en tanto el gobierno necesita divisas no precisamente para el desarrollo del país sino para pagar la deuda y arreglar con el FMI. Por eso no es casual el coro de voceros progubernamentales que salieron en medios y redes sociales a atacar al “ambientalismo bobo o snob”, al que calificaron de responsable de la pobreza y el atraso del país.
La cuestión requiere la examinación de varios puntos. Como explicamos ya en Prensa Obrera, este tipo de actividades como las que se quiere implementar en la Costa Atlántica están prohibidas en países como Francia, Dinamarca, Nueva Zelanda o Groenlandia. Las ondas sísmicas que conlleva el accionar de las plataformas pueden alterar la fauna marítima, generando grandes problemas a los ecosistemas del mar. La “levedad” del impacto solo existe en los informes realizados por el bufete de abogados de Equinor, empresa que se encargaría del proyecto, socia de Shell y de la “S.A.” de YPF.
A su vez, los riesgos de cualquier fuga son inmensos. En el golfo de México, por ejemplo, la contaminación avanzó más de 2.000 kilómetros, por lo que la distancia de 400 km que las plataformas tendrían con la playa no parece ser un argumento sólido. Pero, más allá de eso, ninguno de los detractores ambientales puede demostrar cómo, luego de décadas con soja transgénica, glifosato, megaminería, o fracking, el país no solamente tiene serios daños ambientales (al día de hoy hay incendios fuertes en once provincias del país), sino que además está lejos del “progreso” que ellos mismos prometen, con un atraso económico inmenso y una pobreza que alcanza el 43% de la población. Las ganancias de la expansión “productiva” del gran capital agrario, minero o petrolero van a la fuga de capitales o al pago de la deuda externa.
Como en Chubut
Los recortes en salud (puestos al desnudo con la nueva propagación del virus) y el ataque ambiental son producto de una política de saqueo en pos de llenar las arcas y las cuentas bancarias del capital financiero y el FMI. Los cortes de luz, a su vez, ponen de manifiesto un esquema energético en crisis, al que se le quiere agregar un aumento de tarifas a los ya ajustados bolsillos de la clase trabajadora.
Para revertirlo, hay que hacer como en Chubut. Que la lucha no se corte.
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La exposición del ministro de Economía, Martín Guzmán, frente a los gobernadores, sobre la ruta que propone la Argentina para acordar con el Fondo Monetario dejó conclusiones importantes. Guzmán sostuvo que el desacuerdo central entre Argentina y el Fondo para llegar a un acuerdo es sobre la ruta para reducir el déficit fiscal, y que la posición de la Argentina es sostener una reducción “gradual” compatible con el crecimiento económico. La posición del FMI, fundamentalmente de Estados Unidos, sería de ajuste fiscal que comprometería el crecimiento.
Pero esta lectura encubre el actual ajuste fiscal. El mismo arrancó, en primer lugar, con la modificación del índice de aumento de las jubilaciones. Tuvo un segundo componente central, de 2020 a 2021, en la eliminación de todo el gasto por vinculado con la pandemia. En tercer lugar, el gasto público del Estado viene siendo licuado por la vía inflacionaria, que también contribuye a una mayor recaudación por la vía de bajar en términos reales los mínimos no imponibles, aumentar la recaudación del IVA y otros impuestos, que golpean fundamentalmente a la clase obrera. Incluso teniendo en cuenta esto, Guzmán presenta una vía de nuevo ajuste fiscal (menor a la que reclama el Fondo), eso sí “gradual”. Como el de Macri.
La mayor trampa de Guzmán radica de todas maneras en el hecho de que el conjunto de medidas que anunció como hoja de ruta de la Argentina frente al Fondo ya constituyen un fuerte ajuste. En efecto, Guzmán aceptó, en primer lugar, el establecimiento de tasas de interés reales positivas. Esto implicaría un fuerte ajuste en las tasas de interés que va a golpear por la vía de la contracción del crédito y va a incrementar la hipoteca de la deuda en pesos. Sumado a esto, el ministro anunció el acuerdo del país con un “tipo de cambio compatible con la recuperación del nivel de reservas”. Esto implica avanzar en una devaluación de la moneda, para preservar el superávit comercial, golpeando los ingresos de los trabajadores y apuntando a licuar los costos fijos de la economía. En tercer lugar, anunció un aumento de impuestos. Es falso que se base en una “mayor progresividad” porque el consenso fiscal recientemente suscripto con los gobernadores apunta a aumentar ingresos brutos, que se traslada a los precios en forma directa. Golpea, por lo tanto, la capacidad popular de consumo. En cuarto lugar, el gobierno ya anunció una suba de tarifas, aunque el Fondo, evidentemente, apunta a un golpe aún mayor, para reducir sustancialmente el esquema de subsidios.
Es claro que en estas condiciones, el “crecimiento del salario” es una promesa sin sustento, como lo fue durante todo 2021. Los salarios están por el suelo al igual que las jubilaciones. Un componente fundamental del aumento de la pobreza son los asalariados con salarios de hambre -ni hablar de los jubilados. Es claro también que en cualquier variante el “combate a la inflación” es un verso: la devaluación y los aumentos de tarifas e impuestos van a reforzar la inflación. Además esta es un arma de la que se vale el gobierno y que no se ha privado de utilizar en sus dos años de gestión para licuar el gasto e incrementar la recaudación y, por esa vía, reunir los recursos para pagar a bonistas y acreedores. Del mismo modo, es un verso el cacareo sobre el “crecimiento” cuando se anuncian tasas de interés positivas, lo que implicará un encarecimiento brutal del crédito que pone un palo a la rueda a cualquier perspectiva de reactivación.
La reunión se produjo en un marco de crisis política inocultable. Un sector de Juntos por el Cambio faltó a la cita, aunque se reuniría con el ministro la semana próxima. El gobierno no pudo hacer de la tribuna con los gobernadores un escenario de consolidación de su posición de negociación. La misma, de todas formas, es endeble por otro motivo: el gobierno no tiene un plan alternativo al acuerdo con el Fondo. Por eso busca un compromiso y avanza en la negociación: pretende convocar a sesiones extraordinarias para tratar el plan plurianual.
Las consecuencias del acuerdo en marcha se harán sentir sobre las condiciones de vida ya golpeadas del pueblo argentino. La tarea más que nunca es enfrentar esta política de ajuste, en cualquiera de sus variantes.
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Argentina bate sus récords en materia de casos de Covid, con casi 96.000 en un día y en aumento, larguísimas colas para testearse y más del 50% de positividad sobre los testeados. El aumento exponencial de los contagios se convirtió en un factor de crisis por varias puntas. Primero mostró la precariedad del conjunto del sistema de salud, resultado de años de desmantelamiento del hospital público y la privatización. A esto se suma que, con la caída de los contagios a partir del pico de principios de junio de 2021, se fueron desmantelando los servicios creados para atender la pandemia y también se redujo el personal. Es así que a las apuradas y en forma improvisada se establecieron centros de testeos que además de insuficientes se tornaron caóticos, llevando incluso a enfrentamientos de los pacientes con el personal de salud. Sumado a esto que los pocos trabajadores para esta tarea son, a su vez, víctimas del Covid.
Otro aspecto es que un crecimiento desmesurado de los contagios eleva el número de decesos y pacientes graves. Según todos los indicios, la vacunación ha hecho que el efecto de la enfermedad sobre la salud haya perdido gravedad, en comparación con la primera y segunda ola. Las nuevas cepas, sobre todo ómicron, son más contagiosas pero más “benignas”, especialmente si se cuenta con vacunación completa. Eso no quita que aunque bajen porcentualmente las internaciones y muertes, estas no crezcan en términos absolutos.
El aumento tan brutal de los contagios está produciendo consecuencias a nivel económico. Mundialmente, los informes hablan de una ausencia muy elevada de trabajadores, lo cual está paralizando algunas empresas o ramas de la producción. En estos días, el alerta lo han dado los trabajadores de las empresas de aviación porque no pueden completar las dotaciones. En una reciente reunión de empresarios con el gobierno argentino, convocada por el tema precios, saltó la preocupación por las ausencias laborales.
La presión de las patronales es que se flexibilicen los tiempos de aislamiento, tanto para los contagiados como para sus contactos estrechos, e incluso que se habiliten testeos privados. De todas maneras, esto no parece que ayude a disminuir los contagios sino todo lo contrario. Lo cual solo puede ser entendido como la pretensión de convertirlo en una “gripezinha”, cuando aún no hay pruebas de que se haya convertido en una enfermedad endémica y manejable.
La tendencia del Estado es ir retirándose de sus responsabilidades y compromisos. En ese sentido, es la evaluación (un reclamo de varios gobernadores) de autorizar los autotests, lo cual recargaría los costos en los bolsillos particulares y además “descentralizaría” el control epidemiológico, impidiendo así conclusiones y resoluciones generales. El establecimiento de los llamados “pases sanitarios” va en el mismo sentido, apunta a desmantelar todos los protocolos y sacarse de encima la responsabilidad de impulsar la vacunación, yendo incluso a buscar a quienes no lo han hecho hasta ahora y ganarlos a los beneficios de la misma.
Es evidente que en toda esta política hay una presión enorme por reducir gastos en función de sostener un ajuste que se torna clave en el medio de las negociaciones con el FMI. El gobierno lo fue haciendo a lo largo de toda la pandemia, lo cual se reflejó en las partidas para salud, pero también en la asistencia para poder sostener medidas de prevención, entre ellas la compra de vacunas. Pero no es la única razón.
La necesidad de tener una centralización, por ejemplo de los testeos, organizándolos centralmente con recursos y personal va en contra de todas las tendencias a la descentralización, con que presionan los efectores privados, las patronales y los gobiernos que tienen compromisos con ellas, y a un sistema de salud con fuerte injerencia de los sectores privados.
Lo que corresponde es acelerar y profundizar los testeos, y garantizar los aislamientos de contagiados y contactos estrechos, y lanzar una campaña persona a persona para lograr la mayor cantidad de vacunados con las dos dosis y el refuerzo. En Argentina, la disposición a vacunarse es mayoritaria, por lo que solo se trata de volcar recursos para que todos puedan hacerlo. La centralización del sistema de salud sigue siendo la mejor herramienta.
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Hay que seguirla por las seis horas para todos los sectores, la recomposición salarial acorde a la canasta familiar y ganar delegados/as en todos los hospitales.
Los incendios en el país se propagan por las provincias de Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Buenos Aires, Corrientes, Entre Ríos, Misiones, Santa Fe y Formosa, y en por lo menos 5 de ellas siguen sin controlarse. Tienen un epicentro en la Patagonia. Se han perdido al menos 6.000 hectáreas de bosque nativo en la zona del lago Martín y Steffen en Bariloche, otras 4.000 en la zona de Quillén y se desarrolla un foco enorme en la zona de Puerto Madryn, de 90.000 hectáreas.
Argentina viene de dos años de bajas precipitaciones y muchos más de altas temperaturas. Los ríos secos, con los consecuentes focos de incendios en los humedales son un resultado de esta situación. Las sequías persistentes y altas temperaturas son un resultado del cambio climático. Este año, en la Patagonia, el año fue el más cálido y seco desde 1961. Pero aunque esto se sabe hace meses, el Estado no tomó medidas de emergencia para afrontar una situación que era previsible en base a los informes del servicio meteorológico nacional. Es más, cajoneó la ley de humedales que apuntaba a proteger estos ecosistemas, por presión de los lobbies empresariales.
En muchos casos, a la sequía y el calor se suma la intencionalidad o la negligencia. En la comarca andina, por ejemplo, se reportaron comienzos de incendios por fallas en instalaciones eléctricas, responsabilidad del Estado. En otros casos los incendios buscan ex profeso avanzar en cambios en los usos del suelo, para hacer negociados inmobiliarios, agropecuarios o forestales.
La falta de recursos para combatir los incendios se puso de manifiesto en la demora en la llegada de aviones hidrantes, la falta de personal, y la falta de equipamiento. En Quillén (Aluminé), por ejemplo, se informó la falta total de equipamiento de los bomberos en el pueblo. La demora en la llegada de aviones hidrantes hace que los focos se extiendan y sean mucho más difíciles de controlar.
La caída de un helicóptero sobre el incendio en Aluminé, donde murieron dos tripulantes se produjo en el marco de estas condiciones de trabajo extremas, de personal exhausto y sólo apoyado por la población de las comarcas incendiadas. La precarización laboral y los bajos salarios de los brigadistas continúan. En enero, el ministro de Ambiente Juan Cabandié y la burocracia de ATE y UPCN firmaron un convenio de trabajo ruinoso que fue denunciado solo dos meses, que provocó incluso marchas de brigadistas por la ruta 40 en su rechazo.
Necesitamos por un lado que el gobierno dote de todo el equipamiento necesario para apagar ya todos los incendios. Por otro que los y las brigadistas cobren salarios iguales al costo de la canasta básica familiar, y un verdadero seguro de vida. Todo esto se logrará siguiendo el ejemplo del pueblo de Chubut, que en solo días volteó, con la movilización popular, con cortes de ruta y piquetes el intento de zonificación minera que había aprobado la legislatura.
Basta de incendios y precarización laboral. Fuera Cabandié. El Estado es responsable.
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La modificación del Código Electoral y la Ley de Partidos Políticos constituyen nuevo salto en la criminalización de la protesta y la intromisión del Estado en las organizaciones políticas.
Con puebladas, paros y movilizaciones masivas, el pueblo de Chubut logró la derogación de la ley de zonificación que permitía la megaminería en la provincia. Este triunfo alimenta la lucha en todo el país contra la política del gobierno, Juntos por el Cambio y el FMI, que fomentan los negociados contaminantes para generar las divisas para el pago de la deuda externa. Mientras los incendios se multiplican sin respuestas del Estado, mostrando el alcance de la crisis ambiental, las movilizaciones crecen. En Mar del Plata y todo el país es masivo el rechazo a los proyectos de exploración petrolera en la costa bonaerense.
Chubut: un triunfo popular de enorme alcance
El 21 de diciembre, la Legislatura de Chubut aprobó el proyecto de derogación de la ley de zonificación minera, que permitía la megaminería en la meseta, y que había sido votada días antes por todos los bloques patronales de la provincia (tanto el del gobierno de Arcioni como Juntos por el Cambio y el Frente de Todos). La derogación fue el resultado de una enorme movilización de todo el pueblo de Chubut.
Desde la sanción de la ley de zonificación, entre gallos y medianoche, fueron creciendo las movilizaciones bajo la convicción de no abandonar las calles hasta la derogación de la ley. La organización dentro de las asambleas fue determinante para la poner en pie las medidas, evitar el desgaste del movimiento y, sobre todo, incrementar los cuidados frente a un Estado que buscaba amedrentarnos bajo la represión y persecución. Así, la movilización logró quebrar el intento represivo del gobierno de Arcioni, una tarea que ahora continúa en la lucha por el cese de toda la persecución judicial montada por el gobierno.
Con los métodos de la clase obrera, la organización independiente asamblearia, cortes de ruta y movilización, se logró articular un movimiento de masas que no dejó lugar de la provincia sin expresión. A lo largo y ancho de Chubut se vivieron con intensidad las grandes jornadas de lucha del Chubutazo, siete días haciendo frente a la represión, a la cacería nocturna, a la criminalización y persecución política del movimiento ambiental.
El papel de las asambleas ambientales fue fundamental en el Chubutazo, se convirtieron en la referencia de las masas y desde allí se organizaron las acciones que garantizaron el triunfo del pueblo contra el lobby minero. La Unión de Asambleas de Comunidades de Chubut (UACCH) agrupó a las asambleas barriales, que en cada plaza, comenzando por Esquel, comenzaron a organizarse contra el gobierno y el lobby minero. Fue a través de esta organización asamblearia que en 2003 se conquistó la primera Iniciativa Popular contra la zonificación minera, iniciativa que luego sería corrompida en la Legislatura. Fue a través de estas asambleas que se impulsó también la iniciativa popular de 2020, que entre medio de la pandemia del Covid logró juntar más de 30 mil firmas de adhesión, pero que luego fue cajoneada y desestimada por la Legislatura, que meses más tarde, el 15 de diciembre de 2021, votaría la zonificación minera.
Si bien las asambleas tienen un funcionamiento permanente, así como sucedió en 2001, durante el Chubutazo la participación en las mismas se masificó, siendo realmente un espacio de organización popular. La organización de las asambleas dio un salto traccionando a nuevos sectores -sindicales de la pesca, educación, independientes de la cultura, comunidades originarias- a la participación activa en las jornadas de luchas. Es así como el movimiento asambleario tuvo un salto en su organización, tomando cada vez mayor carácter de revuelta social con la exigencia y necesidad del llamado a un paro general. La bronca contra el poder político quedó plasmada en la quema de la Casa de Gobierno, entre otros edificios públicos.
Fue clave el frente único con el movimiento obrero y el movimiento desocupado de los barrios. El paro de los pescadores fue definitorio en los últimos días de la lucha, impulsado por el rechazo a la megaminería y al proyecto de ley de pesca de Arcioni. Los trabajadores de la pesca salieron masivamente a la ruta 3 y cortaron en el Puerto de Rawson. A pesar de las maniobras desmovilizantes de las burocracias sindicales, fueron las bases las que pujaron para sostener las acciones directas, como cortes de rutas y paro.
Los alcances de esta victoria no se limitan al plano ambiental. La lucha contra la megaminería dejó al descubierto un régimen que actúan mancomunadamente contra el pueblo a fin de garantizar sus negociados capitalistas. Son responsables de este avasallamiento al pueblo, el gobierno provincial de Arcioni, la Legislatura chubutense y todos los bloques que la integran, el gobierno nacional de Fernández, junto con los grandes grupos empresariales y la burocracia sindical, porque todos forman parte activa de un plan que busca saciar las necesidades fondomonetaristas a costa de traer mayor hambre y miseria.
Es por esto que el Chubutazo es un horizonte de lucha para todas las luchas en curso. Fue un cierre de oro para este año de intensa lucha en la provincia, pero el Chubutazo no es un punto de llegada, sino de partida, es el impulso necesario para agrupar a las bases y organizar una salida de la clase obrera. El triunfo mostró una experiencia importantísima: luchar sirve y la única forma de derrotar a este régimen de hambre y saqueo es en las calles. ¡Vivan los métodos de la clase obrera! ¡Que viva el Chubutazo!
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La modificación del Código Electoral y la Ley de Partidos Políticos constituyen nuevo salto en la criminalización de la protesta y la intromisión del Estado en las organizaciones políticas.
Una movilización masiva, de más de 5.000 personas, recorrió las calles de Mar del Plata hasta el municipio en rechazo al permiso de exploración petrolera concedido por el gobierno a Equinor, YPF y Shell. En otros puntos de la costa, como Necochea, Miramar o San Bernardo, y en todo el país, se hicieron acciones de apoyo combinando el rechazo a la explotación petrolera off shore con el reclamo de que apaguen los incendios. En la Ciudad de Buenos Aires, una importante movilización, convocada por la Coordinadora
Basta de Falsas Soluciones, concentró en Plaza de Mayo para dirigirse luego a las oficinas de Equinor.
La movilización puso eje en el rechazo de la población al intento del gobierno de imponer la exploración petrolera frente a la costa bonaerense. Es una oposición que ya se vio en la audiencia pública, donde el rechazo fue ampliamente mayoritario. Es que los estudios de impacto ambiental que justifican el proyecto minimizan totalmente el impacto en la fauna marina. Fueron llevados adelante por la empresa Serman y Asociados, contratada por Equinor. Estudios independientes muestran que la exploración sísmica, basada en bombardeos sobre el fondo del mar, provoca un daño importante a la fauna. A esto se suma la posibilidad, durante la explotación, de fugas y accidentes, que podrían provocar un daño irreversible en toda la costa. Estos motivos explican la presión de los intereses de la pesca y el turismo en contra del proyecto.
Montenegro, intendente de Mar del Plata de Juntos por el Cambio, en una conferencia de prensa abrió reparos sobre la explotación petrolera y prometió ir a la Justicia. La Justicia, sin embargo, no va a frenar los proyectos de exploración: es una vía muerta bajo la presión conjunta del gobierno, la oposición patronal y las petroleras, como lo muestra la violación permanente de la legislación ambiental en todos los terrenos sin que los fallos judiciales ponga límites. Lo que busca el intendente es curarse en salud: teme que una movilización popular como la de Chubut lo ponga en jaque, siendo que la exploración fue alentada por Macri y Vidal durante sus gobiernos. El camino que abre la movilización es el que recorrió el pueblo de Chubut en su rechazo a la megaminería.
El gobierno defiende el proyecto sosteniendo que se trata de un avance en la producción energética. Sin embargo, se basa en un acuerdo colonial. Han rebajado a 6% las retenciones que se prevé cobrar. Las petroleras gozan de regímenes especiales para garantizar la fuga de capitales, en una vía que fue abierta por el acuerdo secreto entre Chevron-YPF. La producción de energía carece de una planificación social, es un terreno de negocios al servicio de intereses del capital concentrado, nacional y extranjero. En la política del gobierno no hay una pizca de soberanía nacional. Los dólares que permita ahorrar la producción propia de petróleo irán al pago de la deuda externa, en el marco del acuerdo que se discute con el FMI.
La movilización popular por un mar sin petroleras empalma con la movilización contra la megaminería en Chubut, Catamarca y Mendoza, y con las movilizaciones en todo el país contra la depredación ambiental para favorecer los intereses capitalistas. Retoma y plantea la denuncia de la responsabilidad de los gobiernos y el capital en el cambio climático, un motor del cual son las energías no renovables. Planteamos el cese de la exploración off shore, la nacionalización de la producción y distribución de energía, y una reorganización económica integral para colocar los recursos del país al servicio de las necesidades populares y del cuidado del ambiente. Esto implica terminar con el saqueo colonial que imponen el pago de la deuda y el sometimiento de la economía nacional a los intereses del gran capital.
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En 2021, el sueldo promedio de la clase obrera mexicana ha sido de 6. 304 pesos mexicanos por mes. El salario mínimo a partir de 2022 pasa a ser de 172 pesos diarios, lo cual implica 5.160 al mes. Para cubrir necesidades básicas (vestido, comida, medicamentos) de una familia de cuatro personas son necesarios 19.000 pesos. El salario promedio en el México de López Obrador (AMLO) es apenas un 33% de la canasta básica. El umbral de la pobreza en materia salarial está en 7.050 pesos.
En 2021 ha habido una leve reducción de la desocupación, pasando al 4,2%. De acuerdo con los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística, sobre 52.200.000 trabajadores ocupados existen 31 millones en condiciones de informalidad, lo cual conlleva a la precariedad laboral y salarios por debajo de la canasta familiar. Es que, en 2021, sobre 10.500.000 trabajadores que obtuvieron trabajo, 8.200.000 lo hicieron en la informalidad: el 78%. Cabe señalar que la tercerización laboral (outsourcing) en México, previa al gobierno de AMLO, ha sido suprimida por éste, para ser sustituida por otro régimen de tercerización llamado “subcontratación de servicios especializados”, que mantiene el empleo precario. Para ilustrar cómo actúan las patronales mencionaremos que entre noviembre y diciembre de 2020 se perdieron 277.820 puestos de trabajo (68,8% en planta permanente) siendo reincorporados en enero solo 86.575, pero afectados en sus condiciones laborales, de seguridad social y vivienda.
Las centrales obreras, absolutamente ligadas al Estado y a los partidos del régimen (Morena, PRI, PAN), llamadas centrales charras, han actuado de un modo sistemático, dando la espalda a las reivindicaciones obreras. AMLO ha anunciado la “democratización” de los sindicatos sobre la base de la modificación de los estatutos y la realización de elecciones. Estamos frente a la tentativa de “reciclar” un aparato absolutamente desprestigiado en la base de los trabajadores -y preservar, por esta vía, la tutela y la regimentación del Estado sobre las organizaciones obreras. El desaliento sufrido por la clase obrera de la nación azteca debido a las continuas traiciones de la burocracia sindical ha hecho desertar a la gran masa del proletariado de sus organizaciones sindicales anquilosadas, con dirigentes enriquecidos y atados al Estado capitalista. Solo el 5% de los trabajadores están afiliados a los sindicatos. AMLO, aunque critica demagógicamente a esta dirigencia, se vale de ella para frenar las huelgas.
López Obrador se ha jactado -en una de sus Mañaneras- que solo ha habido veinte huelgas, entre ellas la de Notimex y la de los municipales de la ciudad de México. Estas declaraciones sobre la escasez de huelgas pretenden ocultar los movimientos de lucha que han tenido lugar fuera de la órbita de la burocracia sindical charra. En diciembre de 2021, los trabajadores de limpieza de Toluca tomaron los edificios públicos dirigidos por la sección local del Sindicato de Trabajadores de los Poderes del Estado; en Hidalgo, los trabajadores de la educación suspendieron las actividades por falta del pago de aguinaldo no bien comenzó 2022, organizados en el SNTE. No olvidar a los miles de obreros tercerizados de la refinería Dos Bocas de Pemex, que en 2021 organizaron una protesta por sus condiciones laborales y salarios contra la política de AMLO y otras. Con una inflación del 6% y salarios que no alcanzan a cubrir la canasta básica, la precariedad laboral es un estigma para millones de trabajadores. La lucha por un salario mínimo de 19.000 pesos actualizados según el costo de vida, la prohibición de despidos, la supresión de la tercerización laboral, el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario, requieren poner en pie un movimiento sindical independiente del Estado, los partidos patronales y los gobiernos de turno. Es necesario abrir un debate en la vanguardia, que ha estado a la cabeza de los movimientos de lucha mencionados sobre esta imperiosa necesidad, de articular una coordinación y accionar común de las organizaciones que han impulsado estas luchas y poner en pie al movimiento obrero sobre bases clasistas, expulsando a la burocracia sindical. Es necesario defender la independencia política de los trabajadores en el plano sindical y también en el plano político y abrir paso a la construcción de un partido obrero revolucionario y socialista que supere el principal obstáculo que tiene la clase obrera mexicana: el nacionalismo de contenido burgués encarnado en Morena.
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Realizan asambleas y cortes por una recomposición salarial; es necesario la unidad docente y estatales, un plenario de trabajadores, y el paro provincial.
A fines de diciembre se votó en el Concejo Deliberante de Moreno la propuesta de Presupuesto 2022 que envió la intendenta Mariel Fernández. El Frente de Izquierda Unidad rechazó este presupuesto de ajuste acompañado de una enorme movilización del Partido Obrero y el Polo Obrero en las puertas del recinto. Se hicieron presentes, además, delegaciones del MST y Libres del Sur.
Este presupuesto del PJ no planteaba resolver ninguna de las demandas más urgentes que los vecinos de los barrios populares vienen reclamando. Por el contrario, se trata de un presupuesto de ajuste. Propone llevar los salarios de los municipales a 40.225 pesos, muy por debajo de la línea de pobreza. La concejala Lorena Pereira (PO-FITU) planteó la necesidad de un salario de emergencia de 70.000 pesos en el camino hacia un salario municipal que cubra el costo de la canasta familiar. Es una burla para los municipales que, mientras cobran salarios de pobreza, la dieta de los concejales llegue a 200.000 pesos y la de la intendenta a 600.000.
Por otra parte, este presupuesto se dedica a embellecer la precarización laboral desde su organismo, Instituto Municipal de Desarrollo Económico Local -Imdel. De esta forma, el municipio continúa con el fraude laboral de los miles de trabajadores informales (Potenciar Trabajo) que cumplen labores municipales como zanjeo, construcción de veredas, mantenimiento de plazas, por fuera del convenio municipal e hiperprecarizados.
En el distrito del asesinato laboral de Sandra y Rubén, donde hubo una rebelión educativa por las deplorables condiciones edilicias de las escuelas, el Fondo Educativo solo aumenta un 49%, contra una inflación que se proyecta para este año en un 60-70%. Además, parte de esos fondos se destinarán para otros organismos. El servicio alimentario escolar seguirá siendo restringido (no universal) y con una suma irrisoria. El presupuesto de salud no proyecta la construcción de nuevas salitas ni la contratación de más profesionales o administrativos para responder a las necesidades de la población.
En Moreno hay un gravísimo déficit habitacional de 13.000 familias. Sin embargo, este presupuesto proyecta construir ¡solamente 265 casas! Nada dicen sobre la finalización del complejo habitacional de Villanueva o sobre la entrega de las casitas de La Perla. No se resuelve este grave problema habitacional, pero se refuerza la represión: la Secretaría de Derechos Humanos se prepara para “seguir desarticulando usurpaciones en conjunto con la Fiscalía y la Policía” -o sea, para seguir reprimiendo.
El presupuesto, en vez de gravar a los Coto, Carrefour o Maxiconsumo, o los monopolios como La Perlita y los countries, proyecta un aumento del 70% de la recaudación por infracciones de tránsito y un aumento del 150% en la recaudación del estacionamiento medido. Refuerza, de esta forma, un régimen impositivo completamente regresivo.
Por todo esto, el Frente de Izquierda Unidad rechazó este presupuesto de ajuste. La sesión se dio en el marco de una movilización de miles de vecinos en la calle. Se terminó el año luchando para graficar un 2022 que se viene con más organización y lucha desde cada uno de los barrios de Moreno y del movimiento obrero de la zona contra toda forma de ajuste o precarización laboral.
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A lo largo de los años, los programas sociales, desde el Jefes y jefas de hogar hasta el Potenciar Trabajo fueron presentados como solución al problema de la desocupación. La creación de estos planes refleja el fracaso económico y también del rol de las burocracias sindicales que no han hecho nada frente a los miles de despidos, gobierno tras gobierno.
Durante el gobierno del Frente de Todos, la “economía popular” ha tenido un nuevo impulso, con la conformación de la UTEP, de la mano de las organizaciones sociales que han mantenido un “pacto social” con el gobierno de Macri, que ha permitido uno de los ataques más grandes a la clase obrera argentina, con resultados alarmantes de nuevos pobres, indigentes y desocupados. Fernández ha elogiado el rol de contención de estas organizaciones para evitar estallidos sociales.
Desde el Movimiento Evita, que gobierna el distrito de Moreno, que es una de las organizaciones que fomenta la economía popular y que fue parte del pacto social con el macrismo, señalaron “el objetivo de las organizaciones es dejar de lado los subsidios y crear puestos de trabajo”, pero lo que llaman trabajo genuino son cooperativas truchas en la que los trabajadores carecen de derechos laborales, aunque realizan tareas contempladas en distintos convenios colectivos, como textiles, agrícolas, construcción. Es decir que estas cooperativas truchas esconden un fraude laboral.
La intendenta de Moreno, Mariel Fernández, hace punta en la precarización laboral a los trabajadores municipales. A través de convenios con el Instituto Municipal de Desarrollo Económico Local (Imdel) convocan a trabajadores beneficiarios del Potenciar Trabajo para cubrir tareas municipales sin las condiciones mínimas de trabajo, sin salarios ni obra social, y sin aportes jubilatorios. Es un municipio que, al igual que otros, juega con las necesidades de los trabajadores, extorsionando y hostigándolos con sus punteros. Aunque estos programas son miserables, resulta de interés para muchos compañeros/as que precisan mejorar sus ingresos y siempre han estado dispuestos a trabajar para salir adelante.
Vale recordar a nuestro compañero Mariano Ferreyra, asesinado por la patota de la Unión Ferroviaria de Pedraza, mientras enfrentaba la política de tercerización, con cooperativas truchas de la burocracia del ferrocarril.
El Movimiento Evita, en consonancia con el gobierno nacional y junto a toda la oposición de derecha, hace su aporte a una de las exigencias del FMI, la reforma laboral. Estos planes precarizadores colocan la necesidad de luchar la defensa de los derechos salariales y laborales, derecho a afiliarse a los respectivos gremios y organizarse por sus reivindicaciones.
Estos planes de ajuste de los últimos gobiernos no garantizan ni garantizarán ninguna salida para los trabajadores desocupados y ocupados. Más que nunca está planteada la universalización de los programas sociales, un seguro al desocupado sin contraprestación, hasta que se garanticen los puestos de trabajo genuino. Necesitamos un plan de obras públicas bajo control obrero, como el plan presentado por la unidad piquetera. Es necesario para ello el rechazo al pago de la deuda usuraria, el rechazo al pacto con el FMI, la nacionalización de la banca para poner los recursos del país al servicio de las necesidades de las mayorías trabajadoras.
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En la madrugada del 24 de diciembre, la Policía Bonaerense ejecutó un nuevo desalojo de familias asentadas en el barrio 1° de Noviembre de Ciudad Evita (antes 22 de Enero). En las vísperas de Nochebuena, el gobierno de Axel Kicillof y Sergio Berni y la intendencia de Fernando Espinoza perpetraron un violento operativo represivo que incluyó la quema de tres merenderos y casillas familiares.
A las 6 de la mañana, los vecinos del asentamiento despertaron con el violento desalojo, que según denuncian, ni siquiera contaba con orden judicial. Doce familias fueron así desplazadas de los terrenos baldíos en que se encontraban radicados con viviendas precarias.
El barrio 22 de Enero ya había sido epicentro de un brutal operativo represivo que implicó el desalojo de 300 familias el 1° de noviembre, ocasión en la que por la noche y bajo la lluvia, sin que mediara comunicación del fiscal interviniente ni orden judicial, también fueron incendiados merenderos e incluso la policía arrojó gases lacrimógenos al interior de una iglesia, donde se había refugiado un centenar de personas.
La represión es la única respuesta que el gobierno provincial ofrece a las familias sin techo. Lo que hace más de un año sucedía en Guernica es una política de Estado. Esto se da cuando se estima un déficit habitacional de 2 millones de viviendas sólo en la provincia de Buenos Aires y más de 4 millones a nivel nacional. Ante esta realidad de catástrofe social, sumados todos los planes de construcciones de viviendas a nivel nacional y provincial -a nivel del presupuesto municipal no hay plan de viviendas en curso-, alcanzan la suma de menos de 6 mil viviendas construidas en 2021 en la provincia de Buenos Aires.
Importante movilización al municipio en repudio a la represión
El día 28 se produjo una importante movilización con más de 5 mil personas convocada por las familias del barrio 1° de Noviembre pero que nucleó a numerosas organizaciones solidarias con su lucha y delegaciones de barrios recuperados, como por ejemplo Nueva Unión de Castillo.
El Polo Obrero y el Partido Obrero participaron con más de 2 mil compañerxs. La movilización denunció al PJ local como responsable político junto al gobernador Kicillof del desalojo y la represión, al mismo tiempo se exigió una reunión con las autoridades municipales para que se hagan cargo del enorme déficit habitacional del distrito y den una respuesta efectiva al reclamo de tierra que levantan las familias del barrio 1° de Noviembre como la de una decena de barrios recuperados que se desarrollaron en los últimos años.
El proceso de lucha por tierra y vivienda en el populoso distrito de La Matanza crece en organización y lucha ante cada ataque del gobierno fondomonetarista del FdT en los tres niveles del Estado.
Desde el PO y el Polo Obrero vamos a seguir luchando junto a las miles de familias que el sistema les niega el derecho elemental de la tierra y la vivienda.
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Las familias más pobres son las que están expuestas a los mayores factores de inseguridad y de ninguna manera son promotoras de la misma, como muchos dicen desde los medios de comunicación. La inseguridad que más se padece es aquella que se organiza desde el propio Estado, de la mano de sus policías, funcionarios y del Poder Judicial.
Las desapariciones son una realidad contra las que nos toca luchar habitualmente y queremos con este texto colaborar con esas luchas para encontrar con vida a los seres queridos que buscamos. Las denuncias se pueden radicar en dos sedes: en las fiscalías y en las comisarías. De ser posible denunciar en la fiscalía de turno y no en la comisaría del barrio.
Si el caso es de trata de personas, el personal policial estará implicado, al igual que las desapariciones relacionadas con delitos de captación de pibas para el narcomenudeo.
En todo el país es importante denunciar las desapariciones lo antes posible. En las comisarías es regla encontrarse con policías que desaniman la denuncia original en nombre de una pretendida espera de un tiempo (48 horas dicen en general) que no es legal ni requisito necesario para nada. Por el contrario, en el caso de trata de personas o en el caso de que el secuestro sea llevado adelante por alguna persona con intenciones de violación o asesinato es fundamental que la búsqueda se comience al instante.
Siempre es mejor hacer la denuncia original en la fiscalía de turno y no en la comisaría, y que esa denuncia sea hecha por algún familiar acompañada o acompañado de compañerxs de las asambleas, para que los funcionarios del Estado vean que no están solos. Necesitamos también que desde las asambleas y los referentes barriales se informe oficialmente sobre la desaparición a funcionarios locales, preferentemente por escrito a través de whatsapps para que quede registrado.
Cortar calles neurálgicas, la clave
Es clave para impulsar la búsqueda cortar calles y avenidas hasta lograr algo en concreto que nos lleve a encontrar al ser querido. Es común que la Justicia y la policía no busquen a pibas y pibes pobres. No les interesan sus vidas y muchas veces ellos están involucrados en el delito, por lo tanto, desvían la causa. Advertir a las familias que la policía siempre va a desanimarlas para que no corten y les van a decir, como hacen siempre, que si tienen que custodiar un corte no pueden buscar al ser querido. Eso es falso y solo está destinado a desanimar la búsqueda. El caso Maia, de Cildáñez, se resolvió por la firmeza del vecindario de Ciudad Oculta en cortar la autopista Dellepiane hasta que apareció. Caso contrario, la hija de una chica de la calle nunca hubiera aparecido, como ocurre con las otras 3.228 mujeres y niñas que siguen sin aparecer desde hace años, según el Ministerio Público Fiscal.
¿Con quiénes cortamos?
Es muy importante hacer las búsquedas avisando a las otras organizaciones del barrio sobre la misma. Es muy importante no encapsularse en nuestras propias asambleas y organizaciones por más que sean masivas. Para impulsar las búsquedas hay que hacer flyers sin firma de organizaciones y compartirlos con todas las orgas que conocemos que actúan en el barrio. Las búsquedas deben hacerse de la manera más amplia posible e involucrando a otras organizaciones piqueteras, sindicales, centros de estudiantes y vecinales.
¿Cuándo corresponde pedir intervención de la fiscalía especializada en trata de personas?
Este punto no es sencillo, porque detectar una situación de trata muchas veces no lo es. Lo cierto es que cuando sospechamos mucho de la policía del barrio, debemos tratar de hacer intervenir a la fiscalía especializada en trata de personas. Una exposición de cualquier persona que sepa la mayor cantidad de detalles sobre la persona desaparecida puede hacer que esa fiscalía caracterice que pueda ser trata y de esa forma la propia Procuraduría especializada en trata de personas y explotación (Protex) puede pedir al juzgado o fiscalía intervinientes el cambio de jurisdicción de la causa y la acción de búsqueda debe hacerla otra fuerza federal y no la policía local.
Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex): (011) 3754-2921 / 2922 / (011) 4342-6021 / (011) 4342-6927, o por mail: [email protected].)
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En una entrevista, Mauricio Macri señaló, al referirse a la educación durante la pandemia, que “hasta el peor planero sueña que su hijo tenga otra vida”.
El ex presidente apunta a los desocupados que viven de un programa social de limosna, que no cubre la mitad de la canasta alimentaria, cuando él mismo vive de la plata del Estado, debiendo impuestos millonarios y protege a sus amigos empresarios que impulsan la devaluación y el incremento de subsidios. El intento de desacreditar al que cobra un plan social es sólo una coartada para que no desnudemos a los únicos parásitos que viven del Estado, que son él y sus empresarios amigos.
El desprecio hacia los desocupados forma parte de los ataques al movimiento piquetero por parte de los medios que responden a grupos capitalistas que se benefician con el ajuste que los “planeros” han enfrentado como nadie.
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El pasado miércoles 29 se trató el Presupuesto 2022 de La Matanza en el Concejo Deliberante. El mismo fue aprobado por el Frente de Todos y tres concejales de Juntos. Desde las bancadas del FIT-U se rechazó el proyecto denunciando su contenido ajustador. El rechazo fue acompañado por una importante movilización del PO y el Polo Obrero, levantando los reclamos por salud y educación, tierra y vivienda, trabajo genuino y contra la contaminación ambiental.
Presupuesto de ajuste
El concejal del PO y el FIT-U, Juan Romero, denunció que el aumento del presupuesto está por detrás de la inflación proyectada para 2022 por el Banco Central. Lo presupuestado en salud es escandaloso: un aumento del 20,64% en 2022, en un cuadro de crisis total del sistema de salud municipal, con salarios de pobreza, precarización laboral, falta de personal e insumos, y en plena tercera ola de Covid. Juan Romero destacó las numerosas movilizaciones de los trabajadores de la salud durante todo 2021 y exigió “el pase a planta de todo el personal y un aumento salarial equivalente al costo de la canasta familiar”.
El presupuesto destina cero pesos a la construcción de viviendas. El oficialismo se amparó en que los planes de vivienda recibirán financiación externa al municipio, a través de programas nacionales. Pero el Estado nacional solo ha construido 6 mil viviendas en el último año, contra un déficit habitacional que afecta a 4 millones de familias. El reciente desalojo violento e ilegal del Barrio 1° de Noviembre en La Matanza confirma que la política habitacional de Espinoza y Kicillof continúa siendo la que se evidenció en Guernica.
Desde nuestra bancada también se denunció el 0,57% destinado para la Secretaría de Géneros. En un distrito con 2,5 millones de habitantes y que se encuentra entre los que poseen más denuncias por intentos de femicidios, existe un solo refugio para mujeres en situación de violencia.
Por último, el Presupuesto 2022 no especifica si el fondo educativo va a utilizarse para la construcción y ampliación de escuelas. Exigimos un plan de obras elaborado por la comunidad educativa y los sindicatos.
Condicionado por el acuerdo con el FMI
Existe un problema de fondo que va a profundizar aún más el panorama de crisis en La Matanza. La mitad de los recursos económicos se componen de financiación provincial y nacional. Los programas sociales, educativos, las obras públicas, etc., no pueden escapar de los recortes realizados en función del pago de la deuda.
En definitiva, el presupuesto presentado por Espinoza no es ajeno a la orientación fondomonetarista del gobierno y la oposición de Juntos. Organizarse por el no pago de la deuda y contra el acuerdo con el FMI es decisivo.
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El tarifazo del 20% en el servicio eléctrico, aprobado por el gobierno, sería insuficiente para reducir los subsidios al nivel del 1,5% del PBI para 2022. Más aún, Alberto Fernández seguirá aumentando la transferencia millonaria de dólares a las patronales para evitar una nueva escalada de la crisis energética o una salida con más tarifazos.
El gobierno ya veía aumentando el caudal de subsidios destinados al sector energético, pasando de 4.400 millones de dólares en 2019 a 10.910 millones de dólares en 2021, llegando al 2,4% del PBI y superando la proyección del 1,7%.
Recordemos que estos fondos son aplicados directamente al beneficio de las patronales productoras, transportadoras y distribuidoras de energía, a libro cerrado, sin determinar el costo real de producción y por medio de diversos mecanismos, como asignaciones directas, subsidios a la producción de gas no convencional e incluso al pago de la energía consumida y no abonada por las distribuidoras eléctricas a la empresa estatal Cammesa.
El precio internacional del gas viene creciendo debido a la crisis energética, con una baja histórica en la exploración y descubrimiento de petróleo y gas, una industria paralizada durante 2020 y un crecimiento de la demanda debido a la recuperación económica internacional y a las bajas temperaturas en el hemisferio norte. Esto ha acentuado la tendencia a la explotación de carbón -una de las fuentes más contaminantes- a falta de un desarrollo y capacidad de las energías sustentables.
El gobierno nacional debería afrontar una triplicación (o más) del costo de importación de gas licuado para hacer frente a la demanda del período invernal, pasando de pagar 8,50 dólares por millón de BTU a aproximadamente 20 dólares por millón de BTU.
Otra variante sería optar por la utilización de gasoil y fuel oil para la generación de energía en las centrales termoeléctricas, las cuales resultan ocasionalmente más baratas pero más ineficientes y contaminantes.
Con el tarifazo del 20% y la segmentación de tarifas para 500.000 usuarios, el gobierno no estaría ni cerca de su meta de ajuste de los subsidios al 1,5% del PBI. Según el Cronista Comercial, con un aumento plano de la tarifa del 25% y una estimación de los precios internacionales actuales, el gobierno debería aplicar 12.500 millones de dólares en subsidios energéticos, incluso a pesar de que se ahorraría 600 millones de dólares por el vencimiento de la Resolución 46/2017, de subsidios a la producción el gas no convencional en Neuquén y la Cuenca Austral.
El gobierno se apresta a conformar un cóctel explosivo donde crecerían más los subsidios a las patronales energéticas a costa de las aspiraciones y directivas del FMI, en tanto la población es castigada con uno o más tarifazos. De allí el apuro por culminar la obra del gasoducto en Vaca Muerta y el cuestionado avance en la instalación de plataformas petroleras en el mar argentino.
La producción y distribución energética es un sector estratégico de la economía nacional y de la calidad de vida de la población trabajadora, que debe sufrir cortes en el suministro eléctrico, saltos en los precios y una financiación indirecta a las patronales multimillonarias del sector, con el propósito de satisfacer la agenda de ajuste que dictan el FMI, por un lado, y los reclamos de los capitalistas del sector, por el otro, que se hacen cada vez más difíciles de conciliar.
La salida al laberinto de ajuste del gobierno no puede implicar una nueva confiscación contra el pueblo trabajador, sino la recuperación de los recursos nacionales, por medio de la expropiación de toda la cadena energética y su puesta al servicio y bajo control de los trabajadores. Así como el rechazo al acuerdo con el FMI y el capital financiero.
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“No miren arriba” (“Don´t Look Up”) el reciente estreno de Netflix cuenta la historia de dos astrónomos. Uno es Randall Mindy, profesor en la Universidad de Michigan (Leonardo Di Caprio), la otra una estudiante que está realizando un doctorado en astronomía, Kate Dibiasky (Jennifer Lawrence), quien descubre que un meteorito va a estrellarse y destruirá el mundo tal cual existe. Desesperados informan a sus superiores del fatídico descubrimiento, sabiendo que corren contrarreloj para encontrar cómo evitarlo y en cuestión de horas se encuentran volando a Washington para encontrarse con la presidenta de Estados Unidos. Mientras en la Casa Blanca, Janie Orlean (Meryl Streep) está preocupada atendiendo algunos escándalos que la salpican a ella y a su partido a meses de las elecciones legislativas. Su personaje y su entorno recordarán muchas veces al ex mandatario republicano Donald Trump.
“Nos mean y la prensa dice que llueve”
“Exactamente dentro de seis meses y catorce días, un cometa de entre seis y nueve kilómetros de ancho –mucho mayor al que acabó con los dinosaurios– caerá sobre el Océano Pacífico, a cien kilómetros de Chile, y generará un cataclismo de proporciones bíblicas que extinguirá a la humanidad en un abrir y cerrar de ojos”. Está es la noticia que entregarán los científicos al alto mando estadounidense y sorprendidos por ser burlados e ignorados acudirán a los grandes medios en busca de que el mundo tomé conciencia. Pero no importa la veracidad de los hechos que presentan, cuando en las redes son un meme conspiranoico.
“Adam McKay -director y guionista- pensó una película sobre la crisis climática, pero creó una sensación de urgencia haciéndola sobre un cometa que golpeará la Tierra y cómo la ciencia se politiza frente a eso” comentó Di Caprio durante la conferencia de prensa de lanzamiento del film. “El personaje de Kate es increíblemente franco, como a su modo lo es Greta Thunberg. Mi personaje, en cambio, trata de jugar dentro del sistema”, agregó.
El actor viene desarrollando una militancia ambiental hace unos años con varias producciones sobre la temática en su haber. “Durante décadas busqué una película que tratara sobre el cambio climático, pero es un problema que todos sienten que está en última instancia. La pregunta es qué diferencia podemos hacer nosotros, qué podemos aportar a esta causa”, señala al ser consultado.
“El mundo se está desmoronando y a nadie parece importarle”
Está sátira sobre el capitalismo tiene representado por supuesto a un gran empresario, Peter Isherwell (Mark Rylance), una suerte de Elon Musk, un multimillonario fundador y CEO de la compañía tecnológica Bash y el mayor aportista en la campaña de la Presidenta Orlean.
¿Cómo abordaría una potencial destrucción del planeta un sistema que solo piensa en la mayor productividad y el mayor lucro en mano de unos pocos? Esta comedia plantea que el destino de la humanidad no tiene futuro si quienes pueden hacer algo para salvar el mundo de la catástrofe no trabajan por el bien de las grandes mayorías.
Al ser una sátira se encuentra en un equilibrio un poco confuso entre la denuncia y la banalización. Ciencia versus teoría conspiranoica o ciencia ficción. “No miren arriba” se burla de la sociedad capitalista actual mientras intenta enviar un mensaje aleccionador, después de todo, como señala la periodista estrella del canal al que fueron Randall y Kate, “eso es lo que hacemos, alivianar las malas noticias”.
La película da en el clavo en contar que la humanidad se conduce hacía la destrucción del ambiente y por lo tanto del mundo que habitamos mientras políticos, empresarios y medios nos dicen que “no miremos arriba”.
Hay que mirar arriba, antes que sea irremediablemente tarde
Impulsada por Bash hay una campaña mediática y política en torno al meteorito y las posibles ventajas que acarrearía que incluyen muchos relatos, donde cualquier semejanza con la realidad no son pura coincidencia. Una de ellas es la falsa idea de la generación de empleo y de los potenciales desarrollos que generaría su explotación como recursos naturales, algo como lo que se oye decir en las tierras donde se pretende avanzar con el agronegocio y la megaminería. Parodiando al terraplanismo, la película juega con la idea del descredito a la ciencia y lo extrema en este planteo de evitar levantar la mirada para no ver al meteorito.
El film deja ver una incipiente organización que gana lugar en las redes sociales y que encabezan Kate y Randall pero que no logra generar levantamientos que tuerzan el brazo a los líderes mundiales. La humanidad según esta historia, parece destinada a ver pasar el fin del mundo o a lo sumo saquear algunos supermercados. Incluso el guion plantea una falsa expectativa en los gobiernos capitalistas que no lograron entrar al negocio del meteorito (China y Rusia) y que recién cuando se quedan afuera deciden emprender sin éxito un intento de bloqueo a la llegada del meteorito.
Pero más allá de la pantalla, en el mundo real, las grandes puebladas como el Chubutazo que logró frenar hace semanas una ley que abría paso a la megaminería en la provincia patagónica, son señales de alerta y una alternativa que muestra que herramientas tenemos a mano para frenar las catástrofes a las que nos empuja el capitalismo. Más cuando el arco gubernamental está saliendo a defender al negociado y cuando los medios burgueses solo se hicieron eco sobre que ‘algo andaba mal’, cuando las oficinas gubernamentales comenzaron a arder y lo hicieron apelando al típico discurso de los “disturbios”. El negocio de la megaminería y la votación exprés quedaron opacados, tras la noticia del fuego en Rawson.
La enorme victoria popular no dejó sepultado el operativo minero por parte del gobierno. La propia vocera presidencial, Gabriela Cerrutti es la que viene poniendo la cara en las conferencias de prensa de los últimos días afirmando que “hubo muchas cosas que se dijeron en Chubut que no son ciertas. No es cierto por ejemplo que estuviera comprometido el tema del agua por la explotación de esta mina”. El Chubutazo es una alerta en el mundo real que grita que es hora de levantar la cabeza (y levantarnos), aunque los Arcioni o los Fernández digan a través de Cerrutti “no miren arriba”.
Terminando con el film, con muchos condimentos hollywoodenses y el enorme elenco que la componen, hacen de esta película un buen plan para pasar las casi 2 horas y media que dura, palpitando si el mundo está o no por explotar.
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“La casa de Gucci” (House of Gucci) es posiblemente una de las películas más esperadas del 2021. Protagonizada por un elenco estelar y basada en hechos reales, cuenta la historia del asesinato de Maurizio Gucci (Adam Driver) el 27 de marzo de 1995, en manos de un sicario enviado por su exesposa Patrizia Reggiani (Lady Gaga). Al Pacino, Salma Hayek y Jared Leto son otros de los que dan vida a este glamoroso drama. A pesar de la buena aceptación del público y de la crítica mundial, los herederos de la casa de moda vienen poniendo el grito en el cielo sobre cómo se retrata a su familia en el largometraje y hasta lo consideran “un insulto al legado de la marca”.
De hecho, esa no es la única mala publicidad que está recibiendo el film. Hace algunas semanas, su protagonista, Lady Gaga contó que durante el final del rodaje debió ser acompañada por un psiquiatra, ya que utilizó técnicas del sentido de la memoria para poder conectar sus traumas personales con los de su personaje, incluyendo la violación que sufrió a los 19 años de parte de un productor musical. “Estaba derrumbándome mientras Patrizia se derrumbaba”, confesó Gaga y hasta el mismo Scott debió intervenir cuando se dio cuenta de lo insalubre que estaba resultando esa técnica para la actriz.
Una sátira de amores, traición y venganza sobre las pasarelas
“La historia, en cierto modo divertida, es una sátira, y usar esa palabra es una forma elegante de decir que es una comedia”, explicó su director Ridley Scott recientemente en un podcast cuando fue consultado por las quejas de la familia Gucci. Y es que el film si bien cuenta sobre un asesinato, la realidad es que sus personajes y el guión desdramatizan este relato repleto de lujos, moda y extravagancias.
Quizás en esto residen principalmente las quejas de parte de los herederos que en su descargo público amenazan con demandarlos: “Los miembros de la familia Gucci se reservan el derecho de iniciar acciones con el fin de proteger el nombre, la imagen y la dignidad propia y de sus seres queridos”. Sin embargo, el lado más oscuro de la historia de Gucci no está reflejado en esta película.
La alfombra roja de la esclavitud y la precarización laboral
Escapa al argumento que narra este film dar cuenta de lo que ocurre detrás del glamour de las lujosas pasarelas. Según el Banco Mundial, la industria de la moda cuenta con más de 60 millones de trabajadores en todo el mundo. Y a pesar que el 97% de las marcas, presentan “estándares de responsabilidad social corporativa”, lo cierto es que se benefician de la producción en países pobres donde someten a sus trabajadores a la precarización laboral, con jornadas laborales largas, extenuantes y esclavizantes.
Asia, África y América Latina son el reino de la subcontratación y la producción de entrega rápida a bajo costo de la que se valen las grandes marcas como Gucci, Mango, Dolce&Gabanna o Burberry para superexplotar trabajadores. Exigen continuamente tiempos de producción cortos y precios muy bajos, lo que repercute en la competencia entre las fábricas de proveedores. Esto se ha potenciado en los últimos dos años, ya que con la excusa de minimizar las pérdidas de su márgenes de ganancia durante la pandemia las grandes marcas cancelaron abruptamente los pedidos a sus fábricas proveedoras, lo cual provocó despidos masivos, empujando a muchos trabajadores a la pobreza extrema. Un ejemplo fue lo sucedido en Bangladesh, el segundo país con mayor cantidad de trabajadores dedicados a la confección (más de un millón), en su mayoría mujeres, que fueron despedidos o suspendidos sin goce de sueldo durante el 2020. Incluso tanto en India como en Myanmar miles de obreras textiles realizaron piquetes y movilizaciones en protesta para exigir el pago de sus salarios adeudados.
Claro que esta realidad no es marca registrada solo de las pasarelas de moda, las marcas deportivas como Adidas o Nike hacen lo propio. De hecho es muy común que la industria de la ropa y el calzado se nutra de las y los trabajadores migrantes, quienes en muchos casos por falta de documentación son más vulnerables a la explotación laboral y a acuerdos informales. También a nivel local son populares las marcas explotadoras como Cheeky, de Juliana Awada, que cuenta con varias denuncias por talleres clandestinos y explotación.
Incluso, en abril de este año, investigadores del Conicet publicaron el libro “¿Quién hace tu ropa?”. Se trata de un trabajo de 10 años de investigación que expone lo que sucede en Argentina con respecto a la explotación laboral en la industria textil. Si bien el estudio se centra en lo que sucede en Buenos Aires y Capital Federal, el libro cuenta con infografías que incluyen la situación de Córdoba y Rosario, entre otras. Hasta el momento en nuestro país hay más de 120 marcas denunciadas por subcontratación de talleres de costura donde se reportaron prácticas de explotación laboral.
A ninguna de estas condiciones escapa el modo de producción que emplea Gucci, pero nada de esto parece sonrojar a los herederos ni representarles “un insulto al legado de la marca”, como lo hace esta película que ya lleva casi un mes en la cartelera argentina y que se encamina a ser multi nominada por la industria.
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“Lindo corazón, ¿qué es lo que te hicieron” susurra la intro de cada capítulo en la voz de Cazzu (rapera, compositora y directora argentina), al tiempo que un drone recorre Buenos Aires. El Obelisco y una inmensa cruz de luz blanca de un lado y sucia y corroída de óxido por otro, se emplazan en pleno centro porteño. Pañuelos celestes, movilizaciones, iglesias, predicas, biblias, elecciones, pobreza y villas. Es casi un resumen perfecto de El Reino, que acaba de estrenar su primera temporada en Netflix.
Emilio Vázquez Pena (Diego Peretti) un afamado pastor, Rubén Osorio (Joaquín Furriel) un maquiavélico armador político, Julio Clamens (“Chino” Darín) un aprendiz de armador político y Elena (Mercedes Moran) la pastora verdadera cabeza tras la Iglesia, son algunos de los protagonistas de este thriller. Un magnicidio es el puntapié. La noche de presentación de la fórmula presidencial de un naciente partido que destaca la moral y la familia cristiana como ideales, es asesinado sobre el escenario el candidato a presidente, Armando Badajoz. ¿El autor del crimen? Remigio Cárdenas, un feligrés de la Iglesia de Emilio que trabaja en el hogar comedor. ¿El móvil? Sobre esto girará la trama, que irá desnudando capítulo a capítulo quién es quién en esta historia.
“El Reino” cuenta con 8 capítulos en su primera temporada y fue creado por Marcelo Piñeyro y Claudia Piñeiro, quien además es su guionista. También participan del elenco Nancy Duplaá, Vera Spinetta, Peter Lanzani y Sofía Gala. Para evitar spoilers no avanzaremos en caracterizar a cada personaje .
El poder de la palabra, oremos hermanos
La idea que trasciende sin dudas en la serie es la del poder que representa la oratoria en la vida política y religiosa. Discursos que “lleguen” son los que lograrán cautivar audiencias tanto en el mundo de la fe como en el terreno político. El genio carismático del orador podrá transmitir “la palabra” de tal modo que logrará hacer propia “la verdad”, para todo lo demás existen las fake news y el control de los medios amigos. Los pastores, los políticos, los religiosos, lo que se dice y se deja de decir. Todo lo que respecta al “reino” de las ideas tiene un peso propio en esta serie cuya trama atrapa sin ser compleja. “Notamos que la política y el evangelismo, los dos ejes de nuestra historia, tenían muchos puntos en común. Y sobre todo una de las características que va adquiriendo el siglo XXI hasta ahora. Se empieza a cancelar la racionalidad en los debates. Ahora todo se coloca en una esfera puramente emocional”, señala Marcelo Piñeyro.
Aunque pareciera jugar aquí una suerte de representación tipo “aguja hipodérmica”, donde los receptores reciben pasivamente los mensajes de los emisores, resulta interesante este nexo que presenta la serie sobre el fanatismo de los seguidores que hay entre la religión y la política hoy. Los antagonismos de clase también aparecen presentes dentro de esta ficción. En una reciente entrevista, su protagonista Diego Peretti reflexionó al respecto: “Una cosa es la grieta entre las clases sociales, que existe en todos los países del mundo y no se puede negar: la lucha de clases existe y negarla es como negar el inconsciente en psicología. Pero la grieta coyuntural que se vende, este River-Boca que hace que las decisiones se tomen de acuerdo a si algo viene del este o del oeste, esa grieta es un negocio que le da plata y poder a mucha gente. Los dos componentes de esa situación se pelean para los medios, para que uno lea los diarios y se mantenga entretenido como con una telenovela; pero estoy seguro de que existe un teléfono que hace que los dos convivan y sigan llenándose las arcas revistiéndose en una ideología que puede ser populista o liberal, mientras la gente se muere de hambre y ellos siguen en el poder”.
Separación de la Iglesia del Estado
En un punto es inevitable no pensar en esta referencia a una lucha aún pendiente, tratándose de una historia que cuenta de la influencia de la iglesia en la política. De hecho el pastor Emilio hará gala en más de una conversación sobre qué ministerios le interesan en particular para terminar por ejemplo con “la ideología de género que corrompe y destruye a las familias cristianas”.
Por otro lado, es interesante que se haya optado por representar la influencia de la Iglesia Evangélica en Argentina, considerando que se trata de un país donde el poderío principal del culto y por tanto la influencia sigue en manos de la Iglesia Católica. Posiblemente esta elección tenga que ver con que la serie es un producto de la plataforma de streaming que se difunde en toda Latinoamérica, donde sí se ve un avance más pronunciado de está rama religiosa. De hecho, no es la primera serie que Netflix pone en su catálogo que apunte sobre la influencia de las iglesias en la política. Un ejemplo es la serie documental “The Family”, recorre la historia de un grupo de particular influencia sobre el gobierno de Estados Unidos y cómo esa tendencia se refleja en otros países y líderes mundiales.
“Las cosas que nos preocupan del mundo a mí y a Marcelo suelen ser las mismas, y una de ellas es el avance de ciertas derechas acompañadas por fenómenos religiosos que limitan los derechos de las personas, cómo se van haciendo lugar en distintos países de Latinoamérica y otros lugares, como pasó en los Estados Unidos con Trump”, señala Claudia Piñeiro. De hecho, entrevistada recientemente por A24, la escritora reflexiona y va más allá de la serie en este sentido estableciendo un paralelismo con el escenario electoral actual de nuestro país “a mi siempre me gustan los partidos de izquierda, me parece muy importante que la tercera fuerza sea la izquierda y no la ultraderecha en Argentina” y destaca “vos sabés que cuando estás votando a la izquierda estás votando, no sé a Romina Del Plá que a mi me cae superbien y con la cual trabaje muchísimo por el tema del aborto y no una lista de 10 donde hay 6 que no podés votar.”
“Los demonios son ángeles del cielo”
La construcción de los personajes juega sobre la base en la que todos son a su manera villanos en la historia. En mayor o menor medida, en nombre de Cristo o del poder terrenal. Nadie está libre de tirar la piedra libre de pecado. Algo que vuelve atractivo a El Reino es que no subestima a los espectadores con los personajes que presenta, los cuales a la vez le dan consistencia a una historia llena de condimentos de intriga. Eso explica en parte que en menos de una semana de su estreno en Netflix ya se convirtió en la serie líder de Argentina dentro de la plataforma.
Como punto final no podemos omitir mencionar que la serie es producida por la productora de Hugo Sigman, la cual, como sucede con todo en su “reino”, fue beneficiada en la pandemia por descuentos en cargas patronales, ganancias y servicios de exportación, pero eso ya es parte de otro cuento.
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En un país donde el 45% de la población es pobre, donde se estima que la carencia habitacional asciende a unas cuatro millones de personas y la desocupación alcanza al 14,2% de la población. Cuando gran parte de ese porcentaje pertenece a la juventud, temas como el de la soberanía alimentaria, la tierra para trabajar y para vivir son imperiosos. Recientemente, Juan Pablo Lepore presentó su documental “La vuelta al campo”, que se encuentra disponible en Cine.ar. En palabras del director, su film busca “hacer visibles las dificultades que ocurren en el campo profundo, en los territorios de los agricultores, donde el agronegocio avanza y obligan a las comunidades a abandonar sus tierras”.
Partiendo del crecimiento de las villas y asentamientos en CABA, junto al creciente flagelo de familias en situación de calle, Lepore centra su historia en campesinos que han sido desalojados debido al avance de la frontera agropecuaria y que lograron volver a la ruralidad, agrupados en la UTT de Argentina y el MST en Brasil.
Una reforma agraria a la medida de los especuladores
La salida a la gravosa situación estaría, según estas organizaciones, en la puesta en funcionamiento de un proyecto de ley de “Reforma Agraria”. Uno de los impulsores es Juan Grabois y lo definen como un “Procrear rural”: se plantea que existan créditos blandos para las familias de pequeños productores, que les permitan comprar tierras para trabajar. La comparación que ellos mismos hacen es válida, ya que si se aprobara cumpliría la misma función que el plan Procrear; esto es inyectar fondos del Estado al mercado inmobiliario, sin que ello implique una efectiva entrega de tierras. Aprovechándose de este financiamiento se elevan artificialmente los costos de los terrenos. De esa manera, los grandes ganadores son los especuladores inmobiliarios, mientras miles de familias continúan sin acceso a la tierra.
Dicha reforma implicaría la expropiación paga a valores de mercado y en cuotas durante 20 años de algunos miles de parcelas, partiendo de la idea de que no pueden haber terratenientes poseedores de más 5 mil hectáreas y afirmando que sería el camino para que la tierra “sea para quien la trabaja”. Otros puntos serían la creación de polos agroecológicos de 40 o 50 hectáreas libres de agroquímicos y la titulación de las tierras de las comunidades originarias.
Quienes se agrupan en la UTT son inquilinos en las tierras que habitan y trabajan. El film recoge testimonios que señalan que no pueden siquiera construir casas, porque no son sus dueños y por lo tanto viven en casillas y casas muy precarias. Aquí el documental realiza un contraste respecto a quienes, en Brasil, están agrupados dentro del MST, los que son mostrados viviendo en edificaciones y con una planificación mucho más integral, donde, según el film, juega un lugar especial la producción comunitaria.
Es interesante que quienes impulsan el proyecto junto a Grabois son los ministros de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra, y el de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, junto a legisladores oficialistas, y que cuenta con manifestaciones de apoyo de dirigentes del Frente de Todos, entre otros el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés Larroque. Los mismos que promueven la política de desalojos sistemáticos contra trabajadores se lavan la cara apoyando este proyecto que ya lleva varias presentaciones truncas en Diputados. ¿Qué intereses puede entonces haber detrás?
No basta la agroecología individual para terminar con el agronegocio
El documental también menciona los beneficios de la producción agroecológica, el bajo costo de estos alimentos saludables para les consumidores y la lucha contra las fumigaciones con agrotóxicos que contaminan pueblos y alimentos de la mano de los grandes pulpos sojeros. “Las organizaciones rurales producen alimentos saludables desde hace años”, señala Lepore.
El film registra algunos de los feriazos que la UTT ha realizado en Plaza de Mayo y en Congreso. En estas acciones de lucha se proponen visibilizar la parasitaria gestión de la producción capitalista que encarece la producción con enormes ganancias; mientras que por un lado la población no puede acceder a los alimentos básicos, por el otro, los pequeños productores y las familias campesinas que trabajan la tierra reciben escasos ingresos. “Los verdurazos y feriazos fueron instalando la idea de generar la necesidad de una ley de acceso de la tierra que es justamente lo que decimos en la película”, comenta Lepore.
Un problema que esconde la idea de que el Estado le compre una cantidad de pequeñas parcelas a los terratenientes es que esto no cambiará el dominio del capital agrario concentrado sobre la producción. El negocio agrario en Argentina se asienta en el arriendo generalizado de múltiples parcelas por parte de grandes empresas, los famosos “pooles de siembra”. La compra de tierras a precio de mercado a 20 años es un beneficio que iría directo a ellos, además de aumentar aún más la deuda pública.
El agronegocio no se vería afectado y seguiría funcionando de la misma manera. Toda la producción industrial y a gran escala dedicada a las semillas, fertilizantes y maquinaria, continuaría bajo el monopolio de los Grobocopatel, Cargill, Bunge, etc.
Más aún, todo el mercado de este sector, vinculado a la exportación en los puertos privados, seguiría concentrando la mayor parte de la renta agraria nacional. Los pequeños productores aislados en sus parcelas, continuarían subordinados en la obtención de materias primas y recursos.
Quienes, como el Movimiento Evita, sostienen proyectos como el de la mentada “reforma agraria”, consideran que se debería avanzar en un proyecto de país con un desarrollo “armónico”, buscando ocultar los intereses de clase antagónicos que conviven dentro de la sociedad. Los empresarios del sector agropecuario son el ejemplo de la posición subordinada de la economía nacional frente al capital imperialista, que caracteriza toda la infraestructura productiva. No existe la “competitividad” de los pequeños productores al lado de quienes manejan las riendas de la economía, ni posibilidad de desarrollo para las familias trabajadoras en tanto se siga sosteniendo y beneficiando a los grandes pulpos, quienes a la vez, se dedican a especular a costa de la economía argentina. De hecho, proyectos como este buscan encubrir el fracaso de toda esa burguesía en el desarrollo productivo del país. En definitiva, un planteo que contiene poco de “reforma agraria” y mucho de conciliación de intereses irreconciliables.
Una salida real al problema de la tierra para vivir y trabajar
La solución a la crisis habitacional y de tierra para trabajar debe partir de un banco de tierras ociosas que sea distribuida a quienes la requieren para trabajo y para vivienda, que sea pagada en cuotas que estén ajustadas a los ingresos reales de cada familia trabajadora. Un plan de construcción de viviendas populares basada en un impuesto progresivo a las grandes rentas y fortunas y el no pago de la deuda.
La lucha por un modelo de producción agroecológica requiere de un programa propio de toda la población trabajadora contra el dominio de los pooles de siembra y las multinacionales de agroinsumos.
La apertura de los libros de las empresas de toda la cadena de comercialización de la producción agrícola y el fin de la gran propiedad terrateniente. Es una salida que debe inscribirse en el marco de un plan económico de les trabajadores, que incluya entre otras medidas la nacionalización del comercio exterior.
La puesta en práctica de estas medidas son las que redundarían no solo en beneficios para quienes producen, sino para quienes consumen, ya que implicarían una producción basada en las necesidades e intereses de las grandes mayorías y no en el lucro del capital.
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Radioactive es la biopic de Maria Salomea Skłodowska-Curie, mundialmente conocida como Marie Curie, la famosa científica polaca ganadora de dos premios Nobel. La película fue estrenada en 2020 en el Festival de Cine de Toronto y llegó en las últimas semanas a la plataforma de streaming Netflix. Dirigida por Marjane Satrapi, cineasta, ilustradora, escritora y actriz iraní, realizadora de Persépolis (2007) y The Voice (2014), esta película se basa en la adaptación del cómic: “Radioactive: Marie & Pierre Curie: A Tale of Love and Fallout” (Radiactividad: Marie y Pierre Curie, una historia de amor y consecuencias), de la escritora, artista y profesora estadounidense, Lauren Redniss.
Protagonizada por la actriz dos veces nominada al Oscar, Rosamund Pike, la historia juega con saltos temporales que van desde la llegada de la polaca a Francia, la relación con la Academia, la historia de amor con Pierre Curie, los descubrimientos, la Primera Guerra Mundial, los tratamientos contra el cáncer, Hiroshima, Nevada y Chernobyl. Estos saltos en el tiempo hacen el guión un poco desordenado y son un poco forzados, con un sesgo que intenta ser educativo, donde convergen el contexto de los descubrimientos y las posteriores aplicaciones, no siempre felices, de los mismos.
Cuando la ciencia era cosa de hombres
La historia de Marie Curie es rica no solo por los aportes que realizó en materia científica, sino por haber logrado con su trabajo abrir paso a las mujeres en ámbitos que eran exclusivos de los hombres. Ese lugar lo logró gracias a su enorme talento y la película dirá que también fue gracias a su arrogancia y perseverancia.
Sus principales descubrimientos le valieron ser galardonada dos veces con el Premio Nobel, en 1903 se trató del de Física y en 1911 el de Química. Estos eventos son retratados en el film. El primero incluirá una discusión ficcional con Pierre, pero que sirve para ilustrar el descontento que sentía Marie al no ser respetada por su trabajo. De hecho, el comité se había negado a nominarla, negándole el reconocimiento a su labor, por ser mujer. Gracias a que Pierre respondiera que no recibiría el premio si Marie no era premiada, es que obtuvo la primera distinción. Mostrando incluso también así el poder de la palabra del hombre en la Ciencia. Para la notificación de la segunda nominación la mostrarán ya viuda y entre los quehaceres de la vida familiar.
El film todo el tiempo dará cuenta de una mujer aguerrida y transgresora, acentuando al personaje como un icono o símbolo del movimiento de mujeres. La opresión y el lugar de la mujer en el trabajo y en el ámbito de la ciencia en especial, los prejuicios de la sociedad francesa de los albores del siglo XX, el rol de la mujer en la familia. Todo será criticado por Marie. Incluso cuando la Universidad de la Sorbona le ofrece tomar una cátedra, convirtiéndose de este modo en la primera mujer en ejercer la docencia dentro de la Universidad de París, la película la mostrará aceptando el puesto cuestionando que ese lugar debiera serle dado por su ciencia y no por ser esposa de Pierre.
Un dato interesante de la historia real, que queda por fuera de la película, es que parte de la educación superior que recibió esta gran científica fue en la clandestinidad, en lo que se conocía en Polonia como “Universidad flotante”, donde se aceptaba a mujeres estudiantes. Pero gracias a su talento e inteligencia, al emigrar a Francia logró no solo mejorar su francés aprendido de forma autodidacta, sino ponerse a la altura rápidamente de sus compañeros parisinos.
La mujer y la guerra
Algunas escenas de la película contarán de su paso por la Primera Guerra Mundial, donde sirvió para el ejército francés. Representando así el aporte que significaron, no solo sus descubrimientos y su trabajo para salvar a soldados de amputaciones innecesarias, sino también el de las enfermeras que estuvieron en la guerra. Marie Curie diseñó las “ambulancias radiológicas”, unidades móviles de radiología para que los doctores que atendían en los hospitales de campaña contarán en el lugar con las radiografías. En la guerra contó con el apoyo de su hija mayor Irene, quien años más tarde (1935) fue también ganadora del Premio Nobel de Química junto a su esposo Frédéric Joliot, por sus trabajos en la síntesis de nuevos elementos radiactivos.
La película, que se puede encontrar en Netflix, cuenta sobre todo del rechazo de Marie Curie a las tradiciones de la Academia y la sociedad parisina de principios de Siglo XX, su visión pionera y actitud liberal en su vida personal, bien representadas por Rosamund Pike. El film muestra la preocupación que generaba en ella comenzar a saber sobre los efectos perjudiciales para la salud de sus descubrimientos. Esa misma radiactividad posiblemente sea la responsable de la anemia aplásica que la llevó finalmente a ella misma a la muerte. Aún hoy sus escritos y materiales de estudios conservan altos grados de radiactividad, y permanecen guardados en cajas forradas en plomo.
Un dato final, aunque la película dirá que Marie quiso patentar en principio su descubrimiento con el objetivo de obtener más recursos para ampliar y mejorar su laboratorio, lo cierto es que no patentó el proceso de aislamiento del radio, dejándolo abierto a la investigación de toda la comunidad científica. Un detalle importante a destacar en tiempos de pandemia y laboratorios que monopolizan patentes, mientras la muerte asedia a millones en todo el planeta.
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Promising young woman (Hermosa Venganza, en la traducción que trae el título a Argentina) es un film que logra sostener el humor sin banalizar el tema que aborda. La ópera prima de la directora británica Emerald Fennell, cuenta sobre Cassie (Carey Mulligan), una empleada en una pequeña cafetería que busca vengarse de agresiones misóginas.
La angustia, el hastío y la continuidad de la rutina diaria de una trabajadora treintañera que vive con su madre y padre, son la contracara de una furtiva vengadora nocturna. La película contrasta con recursos de comedia romántica la seriedad de la trama dramática que aborda la venganza.
El objetivo de esta vengadora es desenmascarar a potenciales abusadores y violadores y darles una violenta lección. Cassie busca el arrepentimiento de sus victimarios al punto de convertirlos en sus víctimas.
No es cuestión de género pero sí de machismo
Los hombres y los entornos sociales que sostienen actitudes violentas son el objetivo, todos tarde o temprano terminan mostrando que gozan de actitudes misóginas y machistas, ahora o en el pasado. Eso los convierte en merecedores de la venganza de Cassie. La idea que sobrevuela es que esa manada de violentos que no cuestionan y encubren está en todas las relaciones.
Y no solo los “machos”, las mujeres aparecen reproduciendo mensajes opresores y ninguneando cuando una amiga denuncia un abuso por no ensuciar a un joven prometedor o un médico de renombre. Por ello son violentamente interpeladas por Cassie por callar situaciones violentas a su alrededor. En definitiva, el film muestra un machismo ejercido, observado, naturalizado y justificado, en una sociedad tipo dónde hasta el médico más respetado puede ocultar actitudes misóginas. La historia termina dando la idea de la inexistencia de relaciones saludables entre las personas.
Lamentablemente todo se agota en ese fin. El trauma como motor de lucha individual dan a esta película un mensaje finalmente punitivista y revanchista. La responsabilidad del Estado capitalista sobre las violencias no aparece representada, ya que para Cassie las responsabilidades son individuales. El abogado que atosiga a la víctima, el amigo que apaña, la amiga que ningunea, la directora que encubre.
Promising young woman, juega a criticar al cine de comedias románticas desde su colorimetría, la fotografía y los vínculos que cuentan las historias hasta en los modos en los que las mismas se desarrollan.
Es notable que la temática acerca de abusos se ha instalado en las ofertas de películas y series. A pesar de los aciertos y desaciertos, lo interesante es que la industria no puede evitar reflejar en sus propuestas y nominaciones este espíritu de época de levantamiento de las mujeres contra las violencias. Y esta película no escapa a eso. Empoderamiento femenino al fin y al cabo, aunque no muestre una organización de mujeres, Promising Young Woman sabe recoger esa idea de mujeres decididas a actuar para combatir y cambiar siglos de opresión.
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“Orgulloso de estar entre el proletariado, es difícil llegar a fin de mes y tener que currar y currar, pa’ ganar nuestro pan”, con este arranque, el 21 de marzo de 1996 conocía la luz El Vals del Obrero, el icónico álbum de la banda española ska punk combativo, Ska-P. Incluye varios de los temas más conocidos del grupo: El gato López, Cannabis, Sexo y religión y el propio Vals del Obrero. Se trata del segundo disco de la banda, el primero había salido 2 años antes con el mismo nombre de la banda.
Siempre cantándole a las revoluciones obreras y desenmascarando a los capitalistas, los Ska-P están siempre presentes en las luchas de trabajadores, tanto en la difusión en sus redes sociales de apoyos a conflictos, como participando de festivales y recitales, un ejemplo claro son los show que brindaron en Neuquén, en FASINPAT (Ex Zanon). Además, es folclore que en cada uno de sus shows en el preludio al Vals del Obrero, sube al escenario alguna lucha obrera del lugar, que toma el micrófono y le cuenta al público su situación, para sumar apoyos.
El Vals del obrero cuenta las miserias en las que se encuentra la clase trabajadora porque “En esta democracia hay mucho listo que se lucra exprimiendo a nuestra clase social/ Les importa cuatro huevos si tienes catorce hijos y la abuela no se puede operar”. Lo más importante es que para Ska-P la salida para terminar con la explotación capitalista e imperialista es la “resistencia” y la organización de las y los trabajadores. “Por eso, hermano proletario, con orgullo yo te canto esta canción: somos la revolución/ Sí señor, la revolución”.
El estribillo de Cannabis es posiblemente uno de los más conocidos de la banda vallecana: “Lega-legalización, Cannabis, de calidad y barato/ Lega-legalización, Cannabis, basta de prohibición”, planteo que empalma directamente con la crítica social que hacen, vinculándolo con el flagelo de la desocupación y el empobrecimiento de los trabajadores. El sistema se vale del narcotráfico para tener a las masas adormecidas, mientras aplica sobre ellas los ajustes más brutales. Este es el caso de Mis colegas del álbum Que corra la voz, donde cuentan como “Perdidos en cualquier lado, soñando con escapar, con escapar/ La mayoría del paro, y el que curra del trabajo temporal” y una vez más, ese grito de invitación a levantarse: “ey chaval, siempre a la sombra de la sociedad, somos la causa de su malestar, escupele al sistema y nunca dejes de molestar/ No chaval, no es ley de vida tu desigualdad, no te dieron la oportunidad, escupele al sistema y nunca dejes de molestar”.
Sexo y religión es un cross de derecha a la Iglesia Católica: “La religión, desde la Inquisición ejerce poderosa y dura represión, a todo lo que se llama sexo y libertad” y otra vez presente la idea de revelarse “contra la hipocresía” y no solo la de la Iglesia, sino también contra la hipocresía moral de la sociedad que condenan a las diversidades sexuales “Y si luchas por la libertad no se te olvide, hermano, el homosexual que ya sufrieron bastante en clandestinidad”.
Y si se trata de canciones emblema de este álbum, no podemos olvidar al gato López, el gato obrero al que “La sociedad gatuna no le quiso entender, por eso se rebela y grita, ¡que les den bien! Es un reflejo claro de la sociedad y es que, tío, no hay dinero. ¡Es un gato obrero!”
A 25 años del lanzamiento de este discazo, vaya un saludo para los revolucionarios vallecanos que hace 27 años recorren el mundo cantando para destruir el capitalismo, apoyando las luchas obreras, levantando las banderas de los Santiago Maldonado y Mariano Ferreyra. Su último disco Game over fue publicado en 2018 y cosas de la pandemia, el último show que realizaron fue en Argentina, en el marco del Baradero Rock, allá por febrero del 2020. Hoy se encuentran produciendo nuevos temas que les fans esperan ansiades. Ojalá pronto podamos volver a verlos en un escenario para que comience la estampida y poder agitar el orgullo de estar entre el proletariado.
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Punk Rock, nostalgia de la juventud noventosa y lucha por la emancipación de las mujeres y diversidades. ‘Moxie’, el film estreno de Netflix, es la adaptación de la novela homónima de Jennifer Mathieu. Cuenta sobre el empoderamiento femenino de la juventud dentro del colegio Rockfort, que repite y exacerba estereotipos del machismo en adolescentes en un entorno adulto que no cuestiona, sino que sostiene.
Moxie es una comedia dramática que busca empatizar con un público adulto y con les jóvenes. Si bien el film elige a personajes clichés de una película sobre un colegio secundario yanqui -los deportistas, las porristas, la chica nueva, el aliade- su historia no parte del lugar pensado. No es la chica nueva la que viene a cambiar las cosas, a pesar de mirar todo desde afuera y en un tono cuestionador y crítico sobre el machismo imperante en esa “sociedad-colegio”. Quien va a comenzar con la revolución adolescente será una residente tipo. Vivian (Hadley Robinson) está en el último año del colegio Rockfort y vive sola con su madre, Lisa (Amy Poehler, quien también dirige este film), una empleada de comercio que trabaja todo el día.
Dicen que una imagen vale mil palabras y esto es lo que parece despertar en Vivian una profunda pasión e interés en la lucha por la igualdad. Así, intentando responder un cuestionario de ingreso a la universidad sobre ‘cuáles son sus intereses’, su madre le responde que a su edad solo le interesaba “destruir al patriarcado”. De esa manera dará con la juventud de ella y con un fanzine bien del under de los ‘90 (hojas fotocopiadas, escrito a mano con muchas imágenes y rock).
Obviamente al recurrir a los clichés en sus personajes, Moxie encuentra límites en la narración. Los dos deportistas estrella son la encarnación machista. Acosan y abusan de compañeras y tienen a todo el colegio anestesiado con ese modus operandi que es totalmente público y en la cara de sus adultes responsables. Nadie juzga, sino más bien acostumbran a dejar pasar, aconsejan ignorar y hasta se niegan a tomar denuncias de parte de las alumnas.
Lo interesante es que, representado dentro de esta sociedad burbuja, la película logra reflejar cómo reproducimos y sostenemos esas conductas misóginas y machistas, como están naturalizadas. Y no falla en eso ni el tirón de orejas de la película a les adultes, ni la lección en el levantamiento adolescente contra el sexismo de esa cultura machista.
Unidas y empoderadas
La marea del movimiento de mujeres es contagiosa y el colegio secundario Rockfort es un terreno fértil. ‘Moxie’ hace un pantallazo por muchos tipos de abuso. Desde las manifestaciones sexistas en espacios públicos, la discriminación y la falta de visibilidad del deporte femenino ante el venerado deporte masculino, los códigos de vestimenta diferenciados por género y a la vez entre los cuerpos de las propias alumnas, la cosificación de los cuerpos, el silencio cómplice frente a las agresiones y abusos sexuales, la tolerancia del bullying, abusos raciales, discriminación y odio hacia las diversidades.
La película quiere criticar todo esto y dar la salida: la unidad de las mujeres y diversidades para organizarse, cuestionar, desnudar y eliminar las opresiones a las que son sometidas las juventudes, dentro de una sociedad que tiene normalizado al machismo. Con todo, el acierto de la película es la invitación a levantarse. A decirle a la juventud que no tiene que tolerar ni seguir haciendo la vista gorda. También a les adultes, sobre que es momento del sacudón que remueva esas estructuras opresoras.
Moxie intenta ser una invitación a que encuentren en la rebeldía de los 90 la inspiración revolucionaria. En este sentido, podría dar un paso más adelante y explorar en profundidad al menos alguna de todas esas denuncias que representa. Elige dar un pantallazo y mostrar una continuidad (aunque nostálgica) en la lucha del movimiento de mujeres, que trasciende generaciones.
La crítica a la reproducción y el sostenimiento del machismo debe ir siempre de la mano de la crítica al sistema opresor. El capitalismo es el machismo. Y en esa lucha tenemos que embarcarnos para dar por tierra por fin a todas las opresiones que padecemos todos los días las mayorías trabajadoras y nuestra juventud. Porque mientras exista un régimen que se basa en la propiedad privada y la explotación, existirán expresiones sociales que reproduzcan en todas las escalas de las relaciones sociales todo tipo de modus de opresión y sometimiento.
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Vicenta, una historia necesaria sobre el aborto contada con plastilina
El corto documental hecho con figuras, narra uno de los flagelos que atraviesan las mujeres pobres cuando necesitan acceder a la interrupción voluntaria del embarazo.
De manera conmovedora el director Darío Doria logra atraparnos en esta historia, donde expone con total simpleza las trabas burocráticas de un Estado que no protege, ni garantiza derechos. Vicenta es una película animada, contada con un detalle minucioso tallado en figuras de plastilina, por las manos de la ilustradora Mariana Ardanaz. Cuenta sobre las peripecias que atraviesa una familia pobre de Guernica, al intentar que su hija discapacitada, embarazada producto de una violación intrafamiliar, pueda acceder al derecho al aborto.
Se trata de un documental animado, narrado en off por Liliana Herrero. La historia real fue un hecho que conmovió a nuestro país en 2006, cuando los medios tomaron nota de lo que estaban atravesando Vicenta y LMR, como se conoció a su hija públicamente. Decíamos en estas páginas en aquel momento: “el principal responsable de esta privación de derechos sobre LMR y sobre millones de mujeres que abortan en la clandestinidad es el gobierno. Un gobierno que no garantiza la anticoncepción, que le entrega la educación sexual a la curia y que ha jurado en el mismísimo Vaticano que el aborto seguirá siendo ilegal” (Prensa Obrera N°959, 17/8/2006).
“¿Qué tan mal nacido hay que ser para obligar a una joven con discapacidad mental a presentarse cada 15 días en un juzgado para demostrar que su embarazo producto de un abuso sexual sigue en camino?”, se pregunta Darío Doria, director de este film, quien también estuvo a cargo del mediometraje Cuatrocientos cincuenta (2001) y los largometrajes Grissinopoli (2004), Elsa y su ballet (2011) y Salud rural (2014).
El Estado que se entromete, objeta, decide y abandona
Vicenta era una mujer analfabeta, pobre, que vivía en una humilde barriada de Guernica, Buenos Aires, junto a su hija Laura, discapacitada, diagnosticada con retraso madurativo. Vicenta tenía un trabajo precarizado e informal, como millones en nuestro país.
“Laura crece y no crece”, repite la narración erizando a los espectadores. Laura fue violada por su tío y producto de esa violación quedo embarazada. La hija mayor de Vicenta sabe leer y escribir y será quien acompañe el sin fin de burocracias que atravesarán, para no llegar a ningún lado, al intentar hacer cumplir su derecho de interrumpir el desarrollo de ese embarazo. “A la luz de lo que le tocó enfrentar a Vicenta no tengo dudas de que ahí afuera está lleno de hijos de puta. Y no hablo del padre que las abandonó, ni del tío que la violó. Ese es otro tema. Hablo de los jueces, jefes de gobierno, ministros, directivos y personal médico de hospitales públicos y otros funcionarios que debieron respetar y cuidar a Vicenta y a su hija y no lo hicieron”, comenta el director.
El aborto en casos como el de LMR están (y estaban en 2006) amparados por el Código Penal, que en su artículo 86 inciso 2º dictamina: “Si el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente. En este caso, el consentimiento de su representante legal deberá ser requerido para el aborto”. Sin embargo, bien sabemos que hasta el día de hoy la aplicación efectiva de este artículo se ve muchas veces bloqueada por injerencias clericales o intromisiones legales o de médicos e instituciones objetoras de conciencia. Un ejemplo cercano es el de “Lucía”, la niña tucumana que fue obligada a parir en 2019 luego de que ella misma exigiera que se garantice su derecho y que le sacaran “lo que me puso adentro el viejo”. Una de las doctoras que atendió su caso acaba de declarar a favor de la interrupción voluntaria del embarazo en las comisiones de Senadores que están abordando el tema.
La historia que cuenta Vicenta posee, como se ve, una actualidad implacable y es uno de los tantos argumentos que se han expuesto las más de las veces para explicar la urgente necesidad de la legalización del aborto.
Una incipiente ola que se convirtió en marea
El film no solo detalla el rol opresor que cumplen los poderes legales y los funcionarios. Cómo actúan violentando a las víctimas con las investigaciones. También habla de los médicos e instituciones que mienten y ocultan, en función de negar derechos. Ministros, jueces y otros políticos que siguen ocupando aún hoy los mismos cargos. Y al mismo tiempo cuenta del movimiento de mujeres, del coraje para enfrentar a ese Estado. Habla de “sororidad”, sin caer en una vulgar “guerra entre sexos”, mostrando esa hermandad que se organiza buscando la manera de garantizar lo que ese Estado prohíbe.
Hay hombres y mujeres ejerciendo la opresión, decidiendo por Vicenta y su hija. Y hay hombres, como el marido que acompaña con su remís, que cuida de su familia mientras su compañera acompaña a su madre y hermana en esas interminables jornadas en oficinas burocráticas. Y hay activistas que se acercan, abrazan, escuchan y buscan soluciones aunque estén penadas por leyes antiderechos. Incluso de la organización para denunciar a aquel Estado.
Quien no aparece presente es la Iglesia. Si bien hay indicios sobre que Vicenta es una mujer creyente, el rol opresor y de contención que cumple la Iglesia, no se ve reflejado en este film. Aunque bien es un cachetazo indirecto a esos “curas villeros” que hasta el día de hoy dicen que las mujeres pobres y de las barriadas no abortan. Separar las Iglesias del Estado, otra de las grandes luchas que debemos poner en pie y no solo por el derecho al aborto, sino por todos los derechos que se ven vulnerados y obstaculizados por su injerencia.
En esta historia tan delicadamente contada hay un grito, ese que clama por la necesidad que el aborto sea legal. Por las Vicentas e hijas pobres y por todas las personas con capacidad de gestar. Merecemos terminar con la opresión y la marea verde lo sabe. Hace años que se viene nutriendo gota a gota. Ganando las calles, explicando, organizando y luchando. “Sí, trabajé más de cinco años en ella -la película- lo hice por admiración a Vicenta y a la enorme y victoriosa lucha que ha dado”, comenta Doria.
Estamos a días de un acontecimiento histórico. El Senado se apresta a votar el 29 de diciembre la interrupción voluntaria del embarazo, con algunos límites y maniobras de los cuales hemos harto hablado en estas páginas. Pero de lo que no cabe dudas es que este momento histórico es gracias a las luchas incansables de las Vicentas que se convirtieron en una marea para que ninguna persona más tenga que vivir lo que miles padecieron. En las calles, será ley.
Para más información sobre esta película y dónde encontrarla:
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Un 2019 que sigue presente, en la 31° Muestra Anual de Fotoperiodismo Argentino de Argra
Represión, quemas, las luchas de las mujeres y del pueblo latinoamericano, en una exposición virtual que recorre la fotografía periodística del año pasado.
MARÍA PAULA ÁVILA. La Plata, 8 de agosto de 2019 - Integrante de la comunidad senegalesa durante una marcha contra la xenofobia exigiendo mejoras en las condiciones laborales. Reclaman que durante 2019 fueron víctimas de persecución y hostigamiento, impidiéndoseles trabajar con normalidad.
Un hombre intenta caminar con un cajón de verduras mientras un miembro de la Federal le dispara gas pimienta por la espalda, familias abrazadas por el dolor de ser víctimas de la violencia policial, Dujovne ahogándose en un vaso de agua, incendios forestales, el grito de justicia de las Tesis, el pañuelazo y las víctimas de abusos, una chola con la bandera de Bolivia enfrentando la represión y una columna de mujeres chilenas con el puño en alto y un ojo vendado frente a la guardia de Carabineros. De estas y otras imágenes se compone el registro de fotoperiodismo presentado en la nueva entrega de la Muestra Anual de Fotoperiodismo Argentino publicado por Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (Argra).
Esta nueva edición, cuya presentación fue pospuesta por el fallecimiento de Diego Armando Maradona, adoptó la virtualidad como modalidad frente a la crisis sanitaria y a la necesidad del distanciamiento social y presenta un recorrido en imágenes de los principales momentos periodísticos que marcaron el 2019. A los ejes ya usuales – actualidad, deportes, espectáculos, retrato, vida cotidiana, medio ambiente, arte y política- en esta edición se sumó el trabajo de los fotógrafos en las coberturas de los conflictos en Chile, Bolivia y Ecuador, y las coberturas sobre las elecciones presidenciales y el cambio de gobierno.
Un recorrido por algunos de los principales bloques de la muestra -que puede verse de forma digital en la página de Argra– trae un impactante cuadro de un año signado por la crisis nacional y latinoamericana. Y abre la puerta a más de una reflexión sobre los lazos entre el 2019 y el 2020.
Un año de represión y la violencia policial
La muestra del anuario comienza con un claro acento en la política represiva del macrismo y del empoderamiento de las fuerzas de seguridad. La icónica imagen que inicia el recorrido, capturada por Bernardo Avila, es la de una jubilada recogiendo berenjenas del piso al lado de un cordón de la policía. Estas primeras fotografías recorren la represión al “feriazo” de los productores porteños nucleados en la Unión de Trabajadores de la Tierra, pasando por la detención del secretario general de la Asociación de Trabajadores de Educación de Chubut, Santiago Goodman, durante una feroz represión en Rawson, y luego por desalojo de los feriantes de San Telmo y la represión a los trabajadores de la cooperativa Madygraf, donde un periodista captura el momento en el que el oficial primero de la Policía de la Ciudad lo señala para luego detenerlo por cargos de resistencia a la autoridad que luego serían desestimados.
Las fotos que capturan el brutal accionar contra manifestantes contrastan con las de los familiares y amigos, víctimas de la violencia policial, quienes abrazados en su dolor reclamaron justicia durante todo el 2019. Fotos que retratan la solemne marcha por la “Masacre de San Miguel del Monte” donde 4 jóvenes fallecieron luego de que fueran perseguidos a los tiros por patrulleros de la policía de la Provincia de Buenos Aires. En las fotos se retrata el llanto de la comunidad de San Miguel del Monte que se puso al hombro la lucha por el esclarecimiento del caso. A estas fotografías se le suma el archivo sobre el caso de Facundo Agüero, quien luego de una brutal golpiza de la policía neuquina por un presunto robo de perfume, sufrió un trauma cráneo encefálico dejándolo cuadripléjico. Las imágenes que nos muestran un antes y un después en la vida de Facundo y su familia hablan por sí mismas. También las del juicio contra la policía de Monte Caseros, quienes en 2015 arrestaron Sebastián “Nino” Larregui y tras 15 días desaparecido fue encontrado muerto en el Río Miriñay (y que son previas a la represión desatada por la misma policía momentos luego de que el tribunal declarara la nulidad del juicio). Una de las imágenes más significativas que tiene este bloque es la foto de Jan Tozeau: un niño llorando junto a su familia ante un cajón fúnebre más pequeño que él. Un velatorio simbólico para el bebé no nato de Camila Aparicio, la salteña que lo perdió tras la golpiza que recibió por la policía durante un operativo en barrio Democracia.
Un año electoral
Sin lugar a dudas el eje que recorre todo el 2019 fue la campaña electoral y el recambio de gobierno entre Macri y Alberto Fernández. El anuario recorre alguno de los actos y entrevistas institucionales de la gestión macrista. La elección de ellas es significativa. La emblemática foto de Macri con un gorro de Brasil junto con Bolsonaro, seguida por la foto emblemática del ex presidente junto a la primera dama Juliana Awada, el jefe de gabinete Marcos Peña, el candidato a vicepresidente Miguel Ángel Pichetto y la ministra de seguridad Patricia Bullrich durante el desfile militar en conmemoración al Día de la Independencia ilustra el apoyo que le dio el gobierno al accionar y al fortalecimiento del aparato represivo.
Luego el recorrido se concentra en los grandes actos, los festejos y algunas imágenes simbólicas de la transición construyendo un relato sobre el “sentir popular” de la victoria de Alberto Fernández. Quizás por la necesidad de concentrar este relato, de retratar a su vez la polarización entre ambos bloques, pero con una preponderancia peronista, deja de lado otros grandes actos y movilizaciones que atravesaron la campaña electoral. Así, el traspaso se presenta en términos de festejo y de épica. Con icónicas imágenes, como la del fotógrafo Maximiliano Vernazza capturando el saludo entre Macri y Cristina Kirchner, también deja otros aspectos de la transición que fueron centrales para el fin del año pasado y no tan festivos, como las primeras negociaciones con el FMI.
Un año (más) de lucha contra la violencia machista, por el aborto legal y por la identidad
La marea verde tuvo su espacio en la muestra, como es usual los últimos años. El enorme pañuelazo y movilizaciones del año pasado un claro puente en la muestra entre la ola que en 2018 conquistó el tratamiento parlamentario del proyecto y el 2020 que termina con un nuevo debate sobre el proyecto.
La lucha contra los abusos y la violencia machista con la conquista de justicia le dieron fuerza al movimiento durante ese año. Los puños levantados de las victimas del Instituto Provolo y de Cristian Aldana luego de la sentencia a sus abusadores, el abrazo entre Paola Córdoba y su hija Milagros, luego de que les concedieran la excarcelación por considerarlas víctimas de violencia de género, la denuncia del Colectivo de Actrices y la performance argentina del colectivo las Tesis son los ejemplos que los fotoperiodistas decidieron mostrar como hitos más importantes durante el 2019. La enorme lucha que da el colectivo LGTB, como el retratado en la Marcha Nacional Basta de Travesticidios en el Día Internacional del Orgullo, donde denunciaron que durante ese año una persona trans murió cada 96 horas.
La lucha por la identidad y el reconocimiento fue abordado en la muestra. Junto con los grandes campeonatos deportivos, tienen un lugar especial en la muestra aquellas del fútbol femenino y trans, quienes dieron una gran lucha por su reconocimiento frente a las autoridades de la AFA.
Un año de incendios
En el bloque sobre medio ambiente, entre eclipses e increíbles fotos de la naturaleza en movimiento, no podemos no destacar la importancia de las fotos sobre los incendios que recorrieron el territorio, desde el Brasil donde las comunidades originarias se vieron forzadas a abandonar su territorio ancestral a Salta y Córdoba, donde la fauna local emigró para sobrevivir las quemas. En el anuario aparecer retratada la denuncia del accionar intencional de los grandes terratenientes, como expresaron los ambientalistas en el palco oficial de Macri en la 133° exposición de la Rural, con una pancarta hacia los concurrentes: “Destruir bosques es un crimen”.
Un año de la lucha del pueblo latinoamericano
Definitivamente, el 2019 fue un año de enormes movilizaciones de la región. En ese sentido, el fotoperiodismo tendió canales y puentes para comentar lo que los regímenes represivos intentaron desviar de los medios oficiales. Frente a la censura y persecución del golpismo boliviano, las fotos de las cholas enfrentando a las fuerzas represivas, con la enormemente difundida imagen de una de ellas con la bandera boliviana rodeada de gases lacrimógenos, han sido una forma de hacer eco en la resistencia popular al golpe. Las fotografías del pueblo chileno contra el gobierno de Piñera y la represión de los carabineros son un aporte a la lucha que han desarrollado.
Un año que continúa en el 2020
La muestra anual de Argra pinta un 2019 marcado por la lucha y la represión, por recambios políticos y en el centro de conflictos internacionales. Pero también habla mucho del 2020. Muchos de los “hitos” señalados del año pasado no solo continúan pendientes sino que se profundizaron, incluso a pesar de la pandemia. El movimiento popular en Bolivia y Chile ha conquistado una victoria contra el golpismo de Añez y el represor de Piñera, pero tiene sus grandes desafíos aún por delante. La crisis iniciada con los incendios aún no termina y los esfuerzos de los gobiernos del Mercosur se demostraron insuficientes sin atacar directamente a los grandes terratenientes y a la explotación capitalista agrícola. Al momento de escribir este artículo, la marea verde y el movimiento de mujeres tiene pendiente en este 2020 conquistar la aprobación del aborto, tras un año de dilatación del asunto por parte del gobierno, pese a sus promesas electorales. Y a pesar de la idea planteada en la muestra de un viraje en la gestión política, se ve más de una continuidad: de la agenda represiva de Bullrich hemos pasado a Guernica y a la desaparición de Facundo Castro de Berni y Frederic. De la agenda fondomonetarista de Dujovne, a la de Guzmán.
Con todo, esta nueva entrega de la Muestra de Fotoperiodismo Argentino de Argra nos interpela con un 2019 en un claro diálogo con la actualidad.
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Mural de Maradona en el barrio de Forcella, Nápoles
El deporte tiene una vinculación muy fuerte con el arte. Tal es la admiración y el sentimiento que emana de la profesión, el oficio y el talento futbolístico que el Museo del Arte Moderno de Argentina despidió a Maradona con un posteo en sus redes sociales. “Artista argentino” se lee en la despedida del museo porteño. Maradona, como mito, tiene un anclaje muy profundo en la cultura popular argentina y del mundo. Ese símbolo de irreverencia y rebeldía, de antiimperialismo con su gambeta, y también de su decadencia han sido retratados en un sinfín de obras.
Música y el arte callejero lo retratan como el mejor jugador del fútbol internacional. Estadios, calles, ríos y una iglesia llevan su nombre. Libros y películas que nos muestran desde su momento más alto hasta su faceta más cruel, con esta versatilidad es que se compone el legado cultural que deja las obras inspiradas por Maradona, donde se lo ve como héroe y también como villano.
Canciones para Maradona
Una búsqueda rápida en Spotify podría arrojarnos cientos de canciones con dedicatorias, cada una con una representación singular de sus múltiples facetas. Bandas como Las Pastillas del Abuelo, Ratones Paranoicos o los Cafres cantaron sobre su habilidad futbolística. Joaquín Sabina le dedicaría algunos versos sobre su paso en Boca con “Dieguitos y Mafaldas”; el italiano Pino Daniele lo llamaría “mago con il pallone” sobre su venida al Napoli, y la nigeriana Niniola le cantaría a un mujeriego en su single “Maradona”. Los Piojos, en su tema “Maradó”, capturaron un poco de ese sentimiento simbólico que lo transformaría en un héroe popular con el gol a los ingleses en la copa México 86, la odisea del Napoli y los choques con el vaticano (“Todo el país con él corriendo va / Caen las tropas de su majestad / Y cae el norte de la Italia rica / Y el papa dando vueltas no se explica / Muerde la lengua de Joao Havelange”).
Mano Negra le dedicaría un rezo con “Santa Maradona” y reivindicaría su encontronazo con la Federación Internacional de Fútbol con “La vida es una tómbola” (“Si yo fuera Maradona saldría en Mundovisión, para gritarle a la FIFA, que ellos son un gran ladrón”). La que Maradona consideraba la mejor era la dedicada por el cantante de cuarteto Rodrigo, “La Mano de Dios” en la que recorre desde sus orígenes humildes y paso por el fútbol hasta su encuentro y lucha con la droga. Una canción que el Potro le cantó en vivo durante su estadía en Cuba.
El Cine maradoniano
La estrella albiceleste también recorrió la pantalla chica y grande. Sobre su carrera futbolística valen mencionar el documental promocional FIFA: Heroes, dirigido por Tony Maylam, recorre el desempeño futbolístico del mundial 1986 y retrata muchos de los momentos que aún persisten en el imaginario colectivo como el festejo en los vestuarios del seleccionado argentino dirigido por Carlos Salvador Bilardo. Maradonapoli, un documental de Alessio Mario Federici recorre, a 30 años del campeonato que consagró en lo más alto al Napoli, el impacto que ocasionó en la ciudad de Nápoles estar en primera plana del mapa futbolero. Vale mencionar, Maradona en Sinaloa recorre su llegada como DT en México para dirigir a Dorados, en la previa a volver a Argentina como técnico de Gimnasia de La Plata.
Tuvo su paso por la ficción surrealista. El día que Maradona conoció a Gardel, dirigida por Rodolfo Pagliere en 1996, fue una película argentina que protagonizó donde el alma de la estrella del tango había quedado atrapada por un pacto con el Diablo. En la ficción también se cuenta con Maradona: La Mano de Dios, una producción italo-argentina dirigida por Marco Rissi que recorre su vida personal marcada por los excesos y en La Juventud, el film italiano de Paolo Sorrentino, se puede ver al actor Roly Serrano interpretando a Maradona con un tatuaje gigante de Karl Marx en la espalda, parodiando el tatuaje del Che Guevara que llevaba en el brazo.
Indagando más sobre su vida, dentro y fuera del estadio y en un plano más social, el documental de HBO, Diego Maradona de Asif Kapadia, elige abordar con especial atención su paso Barcelona y luego por el Napoli, marcándolo como su punto de crecimiento futbolístico más alto pero también el inicio de su debacle personal, marcado por la adicción a la cocaína y sus vínculos con las mafias italianas. Ezequiel Luka y Gabriel Amiel narran en “El otro Maradona”, retratando los orígenes humildes y difíciles de los barrios de la Ciudad de Buenos Aires.
Probablemente, el documental más conocido sea el serbio Maradona by Kusturica donde el cineasta intenta abordar la complejidad de todas estas facetas. Recorriendo su infancia en Fiorito, su carrera futbolística, sus declaraciones políticas contra el imperialismo y sus simpatías con Fidel Castro y Cuba y sus arrepentimientos. “Nosotros representábamos a los muertos nuestros, que los mandaron los mismos argentinos a morir. Teníamos que jugar al futbol pero si sacábamos a Inglaterra era una guerra futbolística ganada” recordaba Diego en el documental, mientras Emir Kusturica lo imaginaba como un personaje salido de una película sobre la revolución mexicana.
El Diego en la literatura
Maradona es, especialmente aquí, un personaje de ficción mítico que fue fuente de inspiración de grandes escritores. Galeano lo describió como el “más humano y sucio de los dioses”. Mario Benedetti le escribiría un poema en “Hoy tu tiempo es real”, donde encontraría pruebas de la existencia de un ser supremo tras verlo jugar. Eduardo Sacheri y Osvaldo Soriano, cada uno por su parte, escribieron cuentos de ese momento sin aire, de esos minutos interminables, en que la gambeta termina en un gol a los ingleses. La mistificación de este momento en la literatura argentina expresa el sosiego y opresión que persistieron del último periodo de la dictadura y el golpe simbólico que representó para un pueblo oprimido por el imperialismo y que fuera contenido por los precarios límites del régimen militar.
Martin Caparrós también escribió sobre él, respondiendo una conferencia de prensa en 2009 cuando Maradona era director técnico de la selección argentina. “El mundo está lleno de personas que nunca oyeron hablar de la Argentina pero sí de Maradona; el mundo está lleno de otras personas que solo oyeron hablar de la Argentina porque oyeron hablar de Maradona (…) Era un modelo complicado: peleador, simpático, quejoso, drogón, desaforado, ingenioso, creído, ilimitado, machista, popular, oportunista, cálido, cursi, inteligente. Fue difícil adaptarse a la idea de que los argentinos éramos eso.”
Las artes visuales y callejeras a Maradona
Los artistas visuales también han utilizado como catalizador la figura del icono popular. El tucumano Javier Vázquez, por ejemplo, utiliza de manera recurrente la figura de Maradona como un símbolo de la cultura popular, en la que intenta desentrañar su admiración por estas figuras a las que les otorgamos un rol superior. “Se puso en un lugar para el que no había sido llamado, pero se vio en la obligación de hacerlo: criticar las instituciones cuando sintió que debía hacerlo, denunciar las injusticias, abrazar una causa. En nuestra realidad latinoamericana necesitamos de esas figuras a las que el colectivo les otorga la función vital de superarse como sociedad. Aun con todas sus contradicciones ¿alguien puede decir que Maradona quería que seamos peores?” (La Gaceta, 26/11).
Ha tenido también un paso por los comics con títulos como “La mano de Dios: Diego Armando Maradona”, de Paolo Cataldi o “La mano de Dios” del ilustrador argentino Pablo Martinena. Incluso en el arte japonés, donde tiene una aparición en el manga deportivo “Capitan Tsubasa” de Yōichi Takahashi, bajo el nombre de Juan Díaz.
Así también las paredes del mundo de la mano del arte callejero hacen honor a la figura simbólica de Maradona. Durante el día siguiente a la muerte del Diego, varias favelas brasileras tuvieron murales en homenaje al rival futbolístico, señalando sus orígenes humildes. Una de las imágenes viralizadas estos últimos días fue la del pinto Aziz Al-Asmar, quien homenajeó al astro del fútbol con un mural en Binnish, una de las zonas afectadas por el conflicto en Siria. Aziz Al-Asmar ya había rendido tributo a George Floyd, quien fuera asesinado por la policía de Minneapolis desencadenando las enormes movilizaciones del Black Lives Matter.
Estos murales se suman a otros ya conocidos como los que se encuentran en las inmediaciones de los estadios que lo vieron jugar, como en la Bombonera y en Argentinos Juniors, donde lo tuvieron como director técnico, como en Sinaloa y en La Plata, o simplemente donde se quiere homenajear al deporte. Conocida es la “Capilla Sixtina” de Santiago Barbeito en Barracas, un enorme mural en el techo de una de las canchas de Sportivo Pereyra en el barrio porteño de Barracas que, parodiando la famosa obra de Miguel Ángel en el Vaticano, reúne muchas figuras del futbol argentino, personificando a Maradona como Dios y a Messi como Adán.
En lo que respecta al arte callejero sobre Maradona, parada obligada es Nápoles. La ciudad al sur de Italia es una pequeña meca de idolatría. La imagen más grande del mundo de el se encuentra en uno de los edificios del barrio San Giovanni Teduccio, también conocido como el Bronx de Nápoles. El autor de la obra, Jorit Agoch, explicó que “Para mí Diego representa al que siempre ha luchado por los derechos de la gente oprimida cerca del pueblo sudamericano. (…) Ha representado una figura de venganza, en frente a un sistema futbolístico corrupto” (TyC Sports, 27/11).
El símbolo de lo que representa Maradona, que trascendió su vida y se transformó en otro por fuera de sí mismo, ha servido para que miles de artistas expresen los sentimientos contradictorios con su figura. Con su magia en el fútbol, sus enfrentamientos, sus expresiones empatía y cariño popular, con su descomposición personal, su misoginia y violencia, el Maradona en el imaginario de la cultura universal tiene un carácter de venganza y anhelo, de que a pesar de todo aunque sea un hijo de los pobres pueda llegar a lo más alto y tomarse revancha de los poderosos.
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La serie de Amazon The Boys ha estrenado recientemente su segunda parte, en la que conoceremos más sobre el laboratorio Vougth y sus negociados, además de la llegada de una súper que viene a patear más de un tablero. La crítica ácida a las redes sociales, la política, la Iglesia y hasta el régimen nazi encuentran vidriera en esta nueva entrega.
Como vimos en la primera temporada, lo que impulsa a “héroes” y “rivales” son intereses meramente personales. Ni de un lado ni del otro vemos una lucha que redunde en el bienestar de las mayorías. La venganza y el odio mueven a “los muchachos” que dan nombre a la serie, que quieren desenmascarar a los “súper” -cada vez más absortos en sus propias contradicciones. Para darles el empujón y que todos exploren sus límites aparece “Stormfront”, una súper muy poderosa que viene a forzar el juego de todos. La revelación de su pasado nazi y de su verdadera identidad será la que pise el acelerador de la historia. Supremacismo, regímenes totalitarios y un laboratorio inescrupuloso que es una mega corporación monopólica, son el escenario donde se desenvuelve todo.
El lucro a cualquier costo
El laboratorio Vougth no solo ha introducido el compuesto V -una droga que da a los recién nacidos poderes sobrenaturales- de manera ilegal en la población, sino que ha desarrollado pruebas y experimentos aún más peligrosos bajo la vigía atenta de Stormfront. Este, claro, no es el único secreto que guarda la corporación. Después de todo, Vougth está explorando todos los mercados en los que su poderosa droga podría redituarle.
En esta temporada, las críticas en The Boys siguen pateando en el piso al género de superhéroes, a los clichés que apelan, a las estrategias de marketing que explotan de manera miserable cuestiones de género y diversidades. Incluso parodiando escenas típicas de películas con superheroínas empoderadas jugando con la misma colorimetría y estética visual, al mejor estilo Marvel, Disney y DC. Van por más y se meten dentro de la política de Estados Unidos y de cómo todo en la industria capitalista, en definitiva, es funcional a los intereses de los capitalistas.
Los lobbies de las iglesias también aparecen representados. En la primera temporada, el centro de la crítica es el trasfondo calculador de la prédica religiosa, presentando a los superhéroes como elegidos de Dios para luego cobrar miles de dólares por el privilegio de acceder a una cena con ellos; la entrada al paraíso tiene una puerta VIP para quienes estén dispuestos a pagar lo necesario. En esta segunda parte otra iglesia, más parecida a una secta, aparecerá mostrando la influencia en la política que tienen estas instituciones, incluso imponiendo figuras.
“A la gente le gusta lo que digo, pero simplemente no les gusta la palabra ‘nazi’”
El superhéroe Homelander, el espíritu, el alma de la patria yanqui, será manipulado por la nazi Stormfront y así el racismo y la xenofobia se apropiarán del sentir americano, expresado en su figura y en sus seguidores. ¿Será que la democracia de uno de los países imperialistas más importantes es tan susceptible de caer en regímenes totalitarios y fascistoides?
La serie de Amazon desarrolla esta pregunta, en principio, dejando de lado la intervención de las masas; la población es representada simplemente como “el público”, un sujeto que consume mensajes y contenidos. En este sentido juega la representación del capricho de los líderes -en la figura de Homelander. Es desde esa limitada perspectiva, que no puede más que hacer ruido en un año signado por la rebelión popular en Estados Unidos, que la serie desarrolla su crítica a la manipulación de este laboratorio y, más en general, a la corrupción de la política y los medios de comunicación.
El método de campañas enmascaradas que tiene la nueva derecha de EE.UU., apuntado a generar un discurso de odio que deviene en actitudes xenófobas en la población, será puesto en evidencia aquí también. Fake news y campañas de trolls redundarán en principio en apoyos a la imagen de Stormfront y sus ideales supremacistas, incluso con movilizaciones de apoyo. Sin embargo, cuando se descubre su pasado, la serie muestra una reacción en las masas. Una actitud que las representa de manera positiva en la resolución, dando la idea de que recién cuando se cae la careta del fascismo, las masas se ponen en contra y se levantan en repudio; y a la vez, que reduce la política del lobby empresarial a acomodarse a lo que el rating manda. Para evitar spoilers, dejamos de lado adrede la representación de una figura similar a la parlamentaria Alexandria Ocasio-Cortez -pero sobre la que se da la pauta que, en la tercera temporada, los golpes también los recibirá el Partido Demócrata.
Finalmente, a quien guste de las series con antihéroes, violencia, gore, sexo, política, iglesias y totalitarismos, seguirá encontrando en The Boys un agasajo.
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El día Lunes se realizó la asamblea del CEFYL en el contexto de una gran crisis social cuya expresión más acabada se dá en Guernica (Provincia de Buenos Aires) con la resistencia de más 2500 familias que pelean por un pedazo de tierra para vivir.
Desde la izquierda propusimos medidas para que lxs estudiantes tomemos parte en estas luchas, incluyendo un corte – con los recaudos sanitarios pertinentes- con lxs docentes en Puan y Rivadavia por Guernica, nuestros reclamos educativos y los del personal de salud de la Ciudad de Buenos Aires.
En contraposición, el Colectivo se organizó para liquidar, mediante la abstención, cualquier acción concreta de lucha transformando la asamblea en un debate de términos.
Un centro que no hace nada por los temas clave que golpean a la juventud se convierte en un sello vacío al servicio del gobierno.
El Colectivo de la abstención
Desde las 30 tomas de tierras que resisten a la ofensiva de Berni y Kicilof en la provincia de Buenos Aires, sumado al grito nacional contra los incendios y la depredación ambiental, pasando por la alarmante situación del personal de salud, se pone cada vez más en evidencia la contradicción entre los intereses populares y los de quienes nos gobiernan.
La asamblea exigía posicionamientos firmes de apoyo a los reclamos en curso.
Bajo esta comprensión, desde la izquierda intervenimos con una propuesta de convocar al conjunto de la comunidad educativa de la facultad a un corte en Puan y Rivadavia este viernes por el triunfo de Guernica, los reclamos educativos y del personal de salud.
Como estudiantes de la UBA, destacamos la importancia de movilizar contra el presupuesto 2021 que de piso ya coloca un recorte del 13% en la partida para la Universidad, y que está a tono con la reducción del gasto público que pide el FMI.
Necesitamos aumento presupuestario para que haya plataformas virtuales, para que se garantice la ESI en el grado y para que los estudiantes tengamos condiciones de conectividad para poder cursar, no más ajuste.
La respuesta del Colectivo ante todas esas mociones fue votar en abstención planteando que “apoyaban en espíritu las mociones” pero que no querían exponer estudiantes por riesgo de contagio. Parecen olvidar que dirigentes de su mismo espacio político llamaron a movilizar el 17 de Octubre por la lealtad. O sea, para organizar un acto en defensa del gobierno con la burocracia de la CGT sí, pero por las familias de Guernica y los enfermeros que luchan contra Larreta votan en blanco.
El argumento no es “la salud” – lo cual suena un tanto ridículo si tenemos en cuenta que es el propio personal de salud el que llama a movilizar – sino paralizar al estudiantado para respaldar al gobierno nacional.
Mariano Ferreyra Presente
Una de las muestra más palpables que la finalidad del abstencionismo del Colectivo es para respaldar al gobierno, tuvo lugar en la moción a 10 años del asesinato de nuestro compañero Mariano Ferreyra.
Desde la izquierda presentamos una declaración por el crimen de Mariano denunciando la responsabilidad de la burocracia sindical de Sergio Pedraza, así como el entramado político de funcionarios cómplices tales como Anibal Fernandez y Carlos Tomada -hoy todos funcionarios de Alberto Fernandez- y a la propia Cristina Kirchner, jefa de Estado y aduladora de la Unión Ferroviaria como ejemplo del “sindicalismo nacional que construye”.
El Colectivo votó en abstención por la declaración por Mariano, para luego, maniobra mediante, proponer otra donde se exculpaba a los responsables políticos de su asesinato, y se reivindicaba la apertura de un CAJ por parte del decanato de Cristofalo en el CIDAC con su nombre, como forma de homenaje.
Al margen de la provocación, la acción del Colectivo es una recomendación velada a defender un curso de impunidad en las causas populares. Por lo que cabe preguntarse ¿Se puede estar a favor de la rebelión chilena sin denunciar a Piñera? ¿ Se puede denunciar la escalada golpista en Bolivia sin exigir la renuncia inmediata de Añez? ¿ Se puede reclamar justicia por Facundo Castro sin exigir que se vaya Berni?
Contra toda provocación del Colectivo, desde la Izquierda mantuvimos y mantenemos bien en alto las banderas contra la impunidad en el caso de Mariano, y contra todo intento de manchar su lucha.
Balance y perspectivas
A un año de las elecciones del CEFYL, se verifica el pronóstico que hicimos desde la izquierda. Un Centro de las autoridades y el Gobierno no solo no va a ser una herramienta para luchar, sino que tampoco ofrecerá ninguna solución concreta a los problemas de los estudiantes.
Sin otro plan de lucha más que “hacer encuestas”, el CEFYL dejó pasar como si nada el arancelamiento de la ESI y mira para otro lado ante la desidia de las autoridades responsables de que miles de estudiantes se queden afuera de la cursada y la rendición de finales.
Ni hablar de las luchas populares. De ser el precursor de grandes movimientos de luchas contra la impunidad, el CEFYL hoy tristemente no es capaz de denunciar a Sergio Berni, responsable del asesinato de Facundo, y de la campaña represiva contra las familias de Guernica.
En una Argentina donde comienzan a multiplicarse las luchas como consecuencias de la miseria social, el Colectivo solo llamó a dos Asambleas estudiantiles en todo el año. Ambas surgieron como reclamo de la izquierda y el activismo.
Desde la UJS- Secretaria General del CEFYL pensamos que la juventud no se puede “abstener”, sino que debe estar en estado de alerta y movilización.
En esta línea, hacemos un llamamiento a todas las organizaciones y estudiantes independientes a movilizar junto a nuestros docentes en repudio al presupuesto 2021 que implica un nuevo robo a la Universidad y sumar propuestas e iniciativas concretas en defensa de la cursada – incluyendo la defensa de un protocolo para rendir finales – y contra el arancelamiento de la ESI -campaña con la que ya juntamos más de 400 firmas.
Por otro lado, llamamos a toda la juventud de Filo a organizarse y sumarse a la campaña que desde la UJS realizamos en apoyo a la lucha de Guernica, cuya victoria representa un punto de apoyo del conjunto de los explotados contra los planes del gobierno y el FMI.
A diez años del asesinato de Mariano, nuestro mejor homenaje es seguir en las calles movilizados contra los planes de hambre del gobierno y el FMI.
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La nueva película de Netflix, Enola Holmes, está basada en uno de los seis libros de la saga de Nancy Springer, Las aventuras de Enola Holmes (The Enola Holmes Mysteries). Cuenta la historia de una muy menor hermana del clan Holmes, quien poseería la agudeza e inteligencia propia de sus famosos hermanos. Con la actuación de la estrella de Stranger Things, Millie Bobby Brown, Netflix se jugó a cautivar nuevamente al público juvenil (y no tanto) con esta nueva entrega.
Si algo se puede destacar siempre en las producciones de la plataforma es su excelente ambientación y vestuarios. Los equipos de producción le dan en el clavo a una tras otra de las ficciones que estrenan. Algo similar ocurre con el reparto de actrices y actores que hacen gala en cada propuesta. No suelen tener el mismo mérito los guiones, a los cuales en más de una oportunidad la crítica acusa de predecibles y redundantes. Enola Holmes no escapa a ninguna de estas características, aunque resulta admisible para una tarde de pochoclos.
El voto femenino en la Inglaterra de principios del siglo XX
Ambientada a principios del siglo XX (literalmente en 1900) y con un abusivo uso de la ruptura de la cuarta pared (hablar con el público mirando a cámara buscando complicidad), Enola se despierta el día de su cumpleaños 16 descubriendo que su madre la abandonó. Así comienza esta aventura de misterios donde la menor de los Holmes demostrará sus dotes de deducción detectivesca y muchas habilidades con las que su madre la ha preparado para este momento.
El fondo de la trama se relaciona con la reforma que debiera tratar la Cámara de los Lores habilitando el voto femenino, que para el año en que transcurre el film ya había tenido varios reveses parlamentarios a lo largo de las décadas. La película muestra tanto la fuerte oposición por parte del Partido Liberal y el Partido Conservador a la consagración de ese derecho -“es importante que se preserven estos ideales por el bien del futuro de Inglaterra” dirá alguno de los personajes-, como el reclamo de las mujeres por el mismo.
Las sufragistas, como se las conoció en aquella época, protagonizaron huelgas de hambre, provocaron incendios y se encadenaron frente al palacio de Buckingham: “para que te oigan hay que hacer ruido”, comentará más adelante alguien en esta película. El reclamo llegará a movilizar a una gran masa de mujeres en los años siguientes, tanto en Inglaterra como en varios países del mundo. Será esa lucha, incluso con los límites de las direcciones sufragistas -que pondrán en pausa su actividad durante la Primera Guerra Mundial, manifestando su apoyo a la “causa patriótica” de la burguesía imperialista-, la que obligará al Partido Laborista a apoyar el voto femenino, y al Parlamento británico a aprobarlo en 1918.
Sin embargo, la película de Netflix pone en escena esa lucha para luego desacreditarla de manera bastante explícita y tomar otra ruta, en que no será la organización de mujeres la que logre el derecho mediante la revuelta, sino una movida parlamentaria que aparece entrelazada con la deducción de la joven Holmes. Incluso, presentando a un sector de la aristocracia y a sus decisiones como progresistas.
¿Sherlock Holmes un aliade?
Antes de cerrar esta reseña, la fallida representación del famoso detective en este film no puede dejarse de lado.
La trama muestra a un Sherlock que no solo siente empatía, sino también orgullo y respeto hacia su madre y más tarde hacía su hermana. Incluso, sin hacer del todo gala de sus dotes deductivas, guiñará más de un ojo a Enola para que termine por resolver el misterio. Esta representación no deja de llamar la atención para les conocedores de la historia original del escritor británico Sir Arthur Conan Doyle. En aquella icónica obra, el mejor y más importante detective de Inglaterra, es un hombre distante y hasta sociópata, cuyo único interés está puesto en la complejidad que le representa la resolución de un acertijo. Sherlock solo toma casos que le signifiquen un reto y un desafío a su intelecto. No lo motivan las buenas acciones, ni la igualdad, ni siquiera (del todo) la justicia. Y finalmente, la única mujer a la que Sherlock respeta es a Miss Irene Adler, o como la llamaría Watson “la mujer”. El film elige presentar a Sherlock más bien como un “aliade”, en una reconversión poco convincente y que parece más bien guiada por la popularidad del personaje.
Con tales enfoques, entrelazados con algunas imprecisiones históricas, Enola Holmes puede satisfacer a quien busque pasar la tarde perdiéndose en los escenarios de esa Inglaterra de comienzos del siglo XX, resolviendo misterios.
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Diez días pasaron desde que en Prensa Obrera advertíamos que el protocolo diseñado por la patronal iba a ser desafiado por los casos de coronavirus y nuestra predicción se confirmó con creces. Los casos se dispararon en los distintos sectores y se dispersaron hacia las relaciones familiares. El intendente de Puerto Madryn, Gustavo Sastre, insiste con los tweets sobre la responsabilidad individual pero ni él, ni casi ningún medio de comunicación hacen alusión a los contagios por relaciones laborales: un gran favor a las patronales.
En respuesta a esta situación, la patronal, lejos de ofrecer licencias sanitarias al 100% para prevenir futuros contagios y de posibilitar un protocolo real, aprovecha la situación para avanzar con ataques a las condiciones de trabajo –una reforma laboral de hecho. De esta forma, “ofrece” días para no asistir al trabajo al 75%, que ni siquiera cubren los 15 días preventivos del ciclo del coronavirus, mostrando que el criterio no es sanitario. Esto lleva a una situación de trabajo “a destajo” (como los deliverys de las aplicaciones), en la que, cuando la patronal lo requiere, se llama a trabajar y sino, suspensión al 75%, mediado por las presiones de la pandemia y la pasividad de la comisión interna, que operan a favor de esta maniobra patronal. Como demostramos en las sucesivas notas, Madanes tiene amplia espalda para cubrir nuestros salarios. Que abran los libros contables de Aluar y se podrá corroborar.
En relación al régimen de suspensiones 15/15, es completamente necesaria la conquista de las licencias sanitarias al 100%. Al mismo tiempo dar una batalla por un protocolo propio, tal como ocurrió en Fate (fábrica de neumáticos con la misma patronal que Aluar) y luchar por licencias sanitarias al 100% para todo aquel que sea de riesgo o conviva con alguna persona que lo sea, o cualquier trabajador que haya tenido contacto con un caso sospechoso.
A través del método del paro, movilización y la organización por asambleas impulsadas por su sindicato combativo Sutna, los trabajadores lograron imponer el 100% del pago del salario y un protocolo obrero que siguen luchando por su cumplimiento efectivo.
Desde Agrupaciones Metalúrgicas insistimos en tomar este ejemplo para enfrentar a la misma patronal y conseguir nuestros reclamos en defensa de nuestro salario, nuestra salud y la de nuestros familiares.
Vamos por asambleas por sector, que elaboren un mandato para ser discutido en un plenario de delegados que la comisión interna intervenida nos debe desde hace 6 meses. Luchemos por:
– Protocolo sanitario debatido entre los trabajadores
– Contra los despidos y las suspensiones. Licencias sanitarias al 100%
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La modificación del Código Electoral y la Ley de Partidos Políticos constituyen nuevo salto en la criminalización de la protesta y la intromisión del Estado en las organizaciones políticas.
Mientras todos los medios se hacen eco de los resultados de ADN que confirman que el cuerpo hallado hace 1 semana pertenece a Facundo Castro, Sergio Berni sigue en campaña. En un curioso spot lanzado esta tarde por sus redes sociales habla de “tolerancia cero” con la delincuencia. Se refiere de esta manera a las ocupaciones de tierras que se vienen desarrollando en las últimas semanas en todo el país, debido a la creciente crisis habitacional.
El término de “tolerancia cero” es acuñado para referir a un tipo de seguridad basada en el castigo severo a cualquier tipo de infracción a las leyes sin importar la gravedad de los hechos cometidos.
Mientras el Ministro de Seguridad sigue en campaña, mañana (jueves 3 de septiembre) una movilización convocada por el Encuentro Memoria Verdad y Justicia marchará a Plaza de Mayo exigiendo juicio y castigo a los responsables del asesinato de Facundo Castro y su renuncia al mando de la fuerza.
La confirmación de que el cuerpo hallado es de Facundo plantea un tema central en la agenda política del movimiento popular en la Argentina. Echar a Berni. Mañana nos movilizamos.
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H. P. Lovecraft es probablemente uno de los más influyentes escritores de horror de la historia. Sus historias sobre un terror cósmico innombrable, indescriptible e inconmensurable para los humanos han creado un género propio y han despertado la imaginación de muchos artistas a lo largo de los años. También, este horror hacia un otro desconocido insoslayable tiene, además de las propias excentricidades del autor, la tónica del terror de una clase media norteamericana hacia las clases populares y afrodescendientes que irrumpen cada vez más en la escena política de la época. Es entre estos dos aspectos, la del subtexto racista y del inspirado horror imaginario, en el que la nueva serie de HBO, Lovecraft Country, decide sumergirse sin concesiones.
La serie, que se estrenó a principios de agosto y lleva tres capítulos emitidos, fue creada por Misha Green y Jordan Peele, reconocido por sus películas Get Out(¡Huye!) y Us (Nosotros), y coproducida con J. J. Abrams, quien trabajó en la saga de Cloverfield y en las secuelas de Star Wars. Está basada en el libro del mismo nombre escrito por Matt Ruff.
La historia sigue el viaje de Atticus Freeman (Johnatan Mayors), un ex soldado de la guerra con Corea, su tío George (Courtney B. Vance) y su amiga de la infancia, Letitia (Jurnee Smollet), mientras realizan un viaje a lo largo de la Norteamérica de las racistas leyes Jim Crow de los años ’50, hacia Ardham, Massachusetts, en búsqueda del padre desaparecido de Atticus. Este viaje los pondrá en colisión directa con los terrores del racismo, de las políticas de segregación y persecución, con monstruos que acechan el cielo nocturno y logias secretas que intentan despertar antiguos horrores arcanos.
En la fusión de diversos géneros e inspiraciones, desde la ciencia ficción pulp al horror clásico y al misterio de cultos y mansiones oscuras, la serie no pierde el hilo conductor que la une: el legado del racismo y opresión sobre el que descansa la historia norteamericana.
La década del ’50 es un terreno más que fértil para este tipo de historias. Las políticas de segregación dejaron una nación dividida en términos de derechos reales para la comunidad afrodescendiente. El tío George trabaja redactando el Libro de los Negros, una guía que indica en qué estados se aplican estas políticas, que lugares eran seguros para transitar y cuáles evitar debido a los linchamientos supremacistas, tanto de fuerzas policiales como de fuerzas civiles armadas.
También el clima de posguerra fue propicio para la irrupción de movimientos de derechos civiles. Así el principal punto de conflicto entre Letitia y su familia es su relación con las protestas en la capital del país.
Como otra serie de HBO, Watchmen, su estreno no puede separarse del convulsionado momento que vive Estados Unidos, tras el asesinato de George Floyd, con enormes movilizaciones del movimiento Black Lives Matters y la violencia estatal (y paraestatal, de grupos derechistas amparados por el Estado) sumando cada día nuevos casos.
Lovecraft Country se suma a una larga lista de nuevas adaptaciones y resignificaciones del mythos creado por Lovecraft de los últimos años. En esta etapa de crisis económicas y financieras sin precedentes, enormes crisis políticas y el agravamiento de todas las tensiones políticas, económicas y sociales debido a la pandemia que aún no tiene un pronto final, se vaticina un futuro incierto. Es interesante que la imaginación de gran cantidad de artistas de las más variadas disciplinas, encuentren en el horror a lo desconocido y a males antiquísimos e innombrables un canal de expresión de la opresión del capital.
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Corporaciones, gobiernos corruptos, merchandising, gore, misoginia, abusos, drogas y superhéroes. La serie muestra un lado B: el de los súper viviendo del lucro capitalista. Muchos la han comparado con Umbrella Academy, pero esta es un cuento de niños al lado de The boys, que este 4 de septiembre estrena tres capítulos de su segunda temporada por Amazon.
Aquí hay venganzas, maldad, hipocresía y asesinatos sin remordimiento. En definitiva, los héroes son tales porque es la imagen que vende (y porque “todes quisiéramos que estén para defendernos de las brutalidades del mundo”). Provenientes de la “divinidad”, están allí para terminar con los “villanos”.
En los ocho capítulos de la primera temporada, la sociedad está fanatizada por estos seres. Hasta en la Iglesia están presentes para otorgar la salvación y -por altas sumas- llevar a sus fieles más cerca del perdón. Con acidez, The boys critica una sociedad en que el consumo del ídolo lo ha dominado todo. Y ese ídolo que presentan no es tal: es una fachada que forma parte de la enorme corporación Vought. Superhéroes que abusan de su poder y fama de manera impune. Verdaderos villanos capitalistas con superpoderes.
Para combatir a estos “fakes” de héroes, están The Boys. Un grupo de personajes que combinan un joven programador de controles (Hughie), un ex agente de las fuerzas de seguridad (Butcher), un policía, un yonqui bioquímico cuya especialidad es matar superhéroes (Frenchie) y una chica muda superpoderosa. Ellos tampoco son los “buenos”: están motivados por vendettas personales y odio a los súper.
“Los superhéroes arruinaron a los cómics”
Vengador, Princesa Mave, Profundo, Audaz: imposible no compararlos por sus rasgos con los personajes estrella de DC: Superman, Mujer Maravilla, Aquaman y Flash. Quizás un poco el chiste de representar a sus alteregos. Y no es para menos que Vengador, el Superman de The Boys, se vista y sea más parecido físicamente al Capitán América (Marvel), un ex soldado de la Segunda Guerra Mundial, ya que la idea de la corporación Vougth es formar parte del ejército de Estados Unidos. Después de todo, el negocio de Vougth es la guerra ya que produce armamentos en forma de superheroes. Sin mayores referencias de la serie a las crecientes guerras comerciales y tensiones bélicas en curso, la huella de estas parece con todo vislumbrarse en estas asociaciones.
Para la venta de sus productos, la corporación Vougth cuenta con todo un equipo de marketing. Publicistas y community managers que escriben y cuidan la imagen pública de sus celebrities en todos sus detalles. El rating y levantar en encuestas es lo más importante, porque es lo que genera ganancias. Hubiera sido divertido que The boys extendiese la crítica a la actual guerra capitalista por el dominio del streaming, de la cual Amazon es partícipe y en cuyas trincheras se desenvuelven estas “superhistorias”.
La serie se inscribe así en una tradición de novelas gráficas que, desde la década del ’80, cuentan historias más oscuras y descarnadas del mundo de superhéroes. En esta línea, en la primera temporada los villanos son ladrones de poca monta, en peleas incluso orquestadas por las corporaciones. El cómic en que se basa fue escrito por Garth Ennis -el creador del popular cómic Preacher– entre 2006 y 2012, y así vemos cómo en la segunda temporada comienzan a arrimar como villanos los terroristas, que fueran post Torres Gemelas el comodín del Estado yanqui para acrecentar sus incursiones bélicas.
Ante una serie portadora de un humor ácido al estilo Deadpool, aunque más grotesco, y semejante a Watchmen por la representación de sus personajes, su director Eric Kripke contó al sitio Reddit que “hubo una sola escena donde la gente de Amazon me dijo ‘¡Mierda, no! ¡Cortala!’, cosa que me sorprendió teniendo en cuenta todas las otras cosas que sí se ven en el show. Fue una en la que Vengador, en la cima de un edificio, se baja los pantalones y comienza a masturbarse mientras masculla una y otra vez ‘Puedo hacer todo lo que quiera’ hasta que alcanza el clímax sobre el cielo de Nueva York. Me pareció que decía algo importante acerca de su psiquis, pero al parecer la gente de Amazon consideró que no era una escena necesaria”.
Ya en el cómic, uno de los personajes comenta a otro que “Esto es una absoluta mierda”, recibiendo como respuesta “Superhéroes, amigo. Te pudren la cabeza”. El autor de la historieta ha reafirmado este espíritu, declarando que “los superhéroes arruinaron a los cómics”. Con esta rabia, The boys muestra a los capitalistas y sus gobiernos construyendo un producto -los superhéroes- que no solo es rentable, sino que cumplen la función de reafirmar a través de mecanismos ideológicos la explotación económica de la que se nutren. Cualquier semejanza con el contexto actual, de seguro no es coincidencia. Cuando el capital intermedia, hasta los superhéroes pierden lo héroe.
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LA CRIATURA-20, un bienal independiente de la NuevAnormalidad
LA CRIATURA es un evento bienal organizado por la Asociación Creando Redes Independientes y Artísticas (CRIA*) con una programación que incluye performances, intervenciones artísticas, conferencias, debates y talleres, entre otras actividades.
En su segunda edición, debido a la crisis Covid-19, LA CRIATURA-20 es un bienal de cultura, organizado por la Asociación Creando Redes Independientes y Artísticas (Cria), que busca interpelar el concepto de la “Nueva normalidad”, de la naturalización de la pandemia. Utiliza un formato multiplataforma web, público y gratuito durante los meses de julio-octubre de 2020.
LA CRIATURA-20 NuevAnormalidad propone discutir e imaginar diagnósticos, conflictos y salidas en torno al contexto Covid-19, a través de performances divididas en fases y una programación transdisciplinaria e internacional, a partir de una serie de temáticas y agendas urgentes como: crisis y pandemia (#NuevAnormalidad), sexualidades, feminismos y disidencias (#SeVaACaer), arte y educación (“PedagogíasDelHacer), medioambiente, pueblos originarios, agroecología (#NeoExtractivismos), migración, crisis de representación y democracia (#EstadosDeExcepción).
La FASE 3 SOBRE ESPECTROS Y ASFIXIAS, se realiza el sábado 22/8 a las 18h y propone reflexionar en presente sobre los Derechos Humanos en democracia desde América Latina en contextos de Covid. Participan María del Carmen Verdú (Ar), Cora Gamarnik (Ar); Francisca Fernández Droguett (Chile), Manuel Rozental (Colombia). Interfiere el Fórum de Investigações Poéticas (Brasil) con Daniel Lima, Felipe Teixeira, Fernando Sato y Geandre Tomazoni. Cierra la jornada Las Manos de Filippi con un show íntimo.
LA CRIATURA-20 es una oportunidad para crear y debatir acerca de los orígenes, las causas y las consecuencias de la NuevAnormalidad.
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El 22 de agosto Ray Bradbury cumpliría 100 años, un número que probablemente le sacaría una sonrisa al cumplir una de sus metas. Con motivo del centenario, la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y de Los Angeles organizará una lectura pública de Fahrenheit 451, en la que participarán personalidades de la ficción especulativa como el actor icónico de Star Trek William Shatner, el aclamado escritor Neil Gaiman, el novelista Marlon James, historietista Marjorie Liu, entre otros. El Read-a-Thon será transmitido en simultáneo via streaming por Facebook, Instagram y Youtube, estando en disponible para verlo hasta el 5 de septiembre
Un autodidacta, o un “educado en bibliotecas” como solía decir ya que nunca pudo acceder a la universidad, la carrera de Bradbury es muy prolífica: más de 600 historias cortas, diferentes guiones para cine y televisión, poemas, ensayos y libros para niños. La calidad de sus escritos levantaron la vara de la ciencia ficción para toda una generación de escritores. A pesar de esto nunca se consideró así mismo un escritor de este género. “Soy un mago que escribe sobre ideas” afirmó en entrevistas. Aun así él también definió al género como “la ficción de las ideas (…) Siempre el arte de lo posible, nunca de lo imposible”.
La influencia que tiene Ray Bradbury en la cultura popular contemporánea es difícil de negar. Sus escritos han inspirado la imaginación de innumerables personas en todo el mundo. Aunque no podamos preguntarle a Oesterheld, existen varios puntos en común entre sus obras y no es difícil imaginarse a Juan Salvo, el Eternauta, atravesando el desolado campo nuclear al leer “Vendrán lluvias suaves”. Así también, los radioaficionados de los ochentas tal vez recuerden a Hugo Guerrero Marthineitz leyendo “Crónicas marcianas” en su programa de radio. Incluso Borges, que escribió el prólogo para la edición en español del mismo libro, se mostró asombrado por el “¿Qué ha hecho este hombre de Illinois, me pregunto, al cerrar las páginas de su libro, para que episodios de la conquista de otro planeta me llenen de terror y de soledad? ¿Cómo pueden tocarme estas fantasías; y de una manera tan íntima?”.
Sus escritos también fueron publicados en plena era de exploración del espacio, lo que nutrió a generaciones de astronautas y científicos. En la Luna, los viajeros del Apolo 15 bautizaron un cráter lunar con el nombre Dandelion, en honor a la novela el “Vino del Estío” (Dandelion Wine). Un asteroide en órbita con el Sol descubierto en los noventa lleva su nombre. En Marte, uno de los cañones más profundos del planeta lleva el nombre extraoficialmente de Abismo de Bradbury. La misión sonda Phoenix que aterrizó en el planeta rojo tiene una copia de “Crónicas Marcianas”, sobre lo que el escritor solía bromear sobre la reacción que causaría en los marcianos leer su descripción especulativa (y posiblemente errada) de ellos.
En lo personal, Bradbury fue un tanto excéntrico, un tanto tecnófobo. No fue hasta 2011, un año antes de su muerte, en que accedió a que uno de sus libros, Fahrenheit 451, fuera publicado oficialmente en Ebook. Nunca aprendió a conducir y no demostró nunca ningún interés en la internet o las redes sociales. “Tenemos demasiados teléfonos móviles. Tenemos demasiadas redes. Tenemos que deshacernos de esas máquinas, tenemos demasiadas”, afirmó en una entrevista con Los Angeles Times en 2010. No es un dato menor considerando que gran parte de su literatura se ha adelantado a la aparición de muchos de los artefactos tecnológicos que hoy nos son cotidianos. En una entrevista en Book Magazine en 1998 contó cómo, mientras trabajaba en un corto en Japón, una persona se acercó con un Walkman y señalándolo le dijo ¡Fahrenheit 451! Indicándole que el joven creador del dispositivo se inspiró en su historia.
Esta dualidad también se ve en el mensaje de su obra. Inspirado en las quemas de libros del nazismo, Fahrenheit 451, presenta una sociedad totalitaria donde los libros son incendiados y prohibidos con cajas electrónicas informan el quehacer a la población. Publicado en la auge del macartismo y la Guerra Fría, este libro se ha transformado en inspiración e insignia de muchos movimientos democráticos. A pesar de esto, el mensaje anticensura no fue intencional. Bradbury señaló varias veces que en realidad su objetivo era una crítica hacia la televisión y los medios de comunicación. Esta ambivalencia también podría decirse está presente en “Crónicas marcianas”. En la historia “El camino en medio del cielo”, un grupo de afroamericanos, perseguidos por el racismo, viaja al espacio escapando de la tierra. Esta historia, que primero fue publicada en Amazings Stories en 1950, fue todo un pronunciamiento político en la era previa a la conformación de los movimientos por los derechos civiles. Es interesante como luego, Bradbury apuntaría como un problema los intentos de la “corrección política” de las minorías en los discursos y en los medios.
Bradbury fue, finalmente un liberal conservador. Fue defensor de las políticas de Reagan, de la familia tradicional y votante de Rudolph Giuliani durante sus últimos años. También, en sus últimas declaraciones, mencionaba la necesidad de la reducción del estado, apoyando, aunque solapadamente, los planteos de ajustes. Algo que entraba en contradicción con su defensa férrea del sistema publica de bibliotecas.
Aun así caratular a Bradbury como un escritor de “la derecha”, como muchos representantes de ese sector han intentado, sería un error. Los escritos de Bradbury abordan desde un humanismo propio, las preocupaciones de una época. La incertidumbre del avance tecnológico, el racismo, la amenaza de un conflicto nuclear, los medios de comunicación y el papel del Estado. Esta volatilidad, entre el conservadurismo y su mirada más crítica, quizás se entienda, luego de ser testigo de los grandes horrores del fascismo, la bomba atómica y situarse en el escenario de la Guerra Fría, frente a una búsqueda hacia el pasado de una forma de hacer frente a la ansiedad del futuro pos Segunda Guerra.
Bradbury falleció el 5 de junio de 2012, descansa en Westwood Village Memorial Park en Los Ángeles, aunque le gustaría haber sido enterrado en Marte. Su lápida, por petición propia, dice “autor de Fahrenheit 451“, aunque como él decía: “si algunos muchachos visitan mi tumba dentro de cien años y sobre el mármol escriben, con lápiz, ‘él fue narrador de cuentos’, yo seré feliz”. El escritor que soñaba vivir para siempre y ser un mago dejó un enorme legado que, si se cumplen sus predicciones de colonización marciana, quizás también se cumplan sus deseos de que los jóvenes colonos del planeta rojo sigan leyendo sus cuentos.
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Hace 10 días una noticia recorría al gigante de los cómics: se conocía que más de 800 empleados del sector de historietas y merchandising eran despedidos. En la volteada caían incluso figuras muy reconocidas como los editores Bob Harras, Brian Cunningham y Mark Doyle. El secreto a voces salía a la luz: el streaming se volvió mucho más redituable en nuestros días que la creación de historietas. Desde que AT&T compró Warner Media (propietaria de DC) en 2018, se sabía que la intención de la empresa sería realizar cambios. La pandemia del Covid-19 aceleró el proceso. Cuando las proyecciones económicas entraron en picada, a la par del declive en ciertos segmentos de la industria, los cañones de reestructuración apuntaron contra DC Comics.
Los despidos de la plana editorial de DC enseguida ocuparon las noticias del fandome (el universo de fans) y no tardaron en titular “un baño de sangre” en la previa al DCFandome. Esta convención virtual está convocada para el sábado 22 de agosto y promete traer novedades del arco que comprende a las series, películas y videojuegos de la marca, pero también primicias del área desguazada de los comics.
Historietas versus streaming y videjuegos online: ¿la batalla final?
La pandemia vino a modificar radicalmente los hábitos de consumo y/o a potenciarlos en algunos casos. Un claro ejemplo es lo sucedido dentro de la industria gamer. Se han registrado récords históricos de ventas de videojuegos y productos online asociados, durante la cuarentena que ha afectado a todo el mundo desde principios de este año. Las cifras de ganancias para este sector son millonarias.
Es interesante que a pesar de ello, los despidos también se están produciendo dentro de esta industria. Un ejemplo fue lo sucedido con los empleados de la empresa Blizzard, que expresaron que sus salarios se encuentran muy por detrás de las ganancias y el crecimiento de la empresa. Si bien han obtenido, luego de los reclamos, un aumento, este no supera el del 10% de sus ingresos. “Por el momento, sin embargo, el sector sufre la falta de sindicatos y legislaciones, año a año con escándalos y medidas ridículas que, lejos de solucionarse, parecen estar tan normalizadas como el crunch” -término que se utiliza para la explotación extrema de quienes trabajan en la producción de videojuegos (Infobae, 8/8). Estos trabajadores se ven obligados “por la fecha límite” a trabajar muchísimas horas sin parar y sin obtener ningún tipo de bonificación por sus esfuerzos, derivando muchas veces en consecuencias graves en su salud mental y física.
Así las cosas, no es de extrañar que una industria que privilegia ante todo el consumo y las ganancias, eche por tierra la producción de historietas. Desde las década de los ’90 la industria del cómic ha pasado por una verdadera montaña rusa en cuanto a sus ventas y no ha logrado, salvo excepciones, un repunte.
Si bien DC Comics, comparada con pequeñas empresas, genera ventas, lo cierto es que sus números estaban en rojo. Interesante entonces es preguntarse por qué una empresa como Warner se hace de DC o por qué Disney, lo ha hecho también con otra firma como Marvel. La respuesta es simple: si bien la historieta en sí misma no genera ingresos, sí lo hacen sus personajes e historias que están harto arraigados en la cultura popular. El ejemplo claro son las películas de superhéroes, que año tras año rompen taquillas. Quien se hace de la propiedad intelectual, es quien se garantiza la victoria.
Las plataformas de streaming están recargando sus arsenales para dispararnos de información y nuevos contenidos. Disney ya anunció el listado de películas que incluirá, donde los contenidos de Marvel y Star Wars serán pesos pesados. Netflix ha traído en el último tiempo toda una serie de contenidos del animé (animación japonesa), para sumar a su variopinta oferta. Y AT&T ha logrado hacerle un gran espacio a lo propio en HBO, que en poco tiempo desembarcará con HBO Max en Latinoamérica. La audiencia es la ganancia más preciada en la batalla del streaming.
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La coproducción chileno/argentina “La Jauría” aborda un gran abanico de violencias.
Creada y dirigida por Lucía Puenzo y con la cortina musical “No estamos solas” de Ana Tijoux, a lo largo de 8 capítulos la coproducción chileno/argentina “La Jauría” aborda un gran abanico de violencias. Centrada en la violación en “manada” a una adolescente estudiante de un colegio católico, se desarrollarán alrededor de la historia una amplia gama de subtramas que giraran en torno a distintos tipos de agresiones. Pero fundamentalmente, la serie de Amazon incómoda y cuenta sobre el machismo, su cultura y las identidades sociales. A la vez, habla de organización y lucha para combatirlo.
La narración comienza en una toma en el colegio organizada por las alumnas que denuncian a un profesor de teatro por abuso sexual. Blanca, la líder del grupo está desaparecida, lo cual irrita aún más a estas adolescentes que no reciben en principio apoyo ni de sus compañeros, ni de sus elitistas familias (empresarios, abogados y ex generales del ejército), mucho menos de las autoridades eclesiásticas, que hasta incluso niegan la crisis. Allí conoceremos a la mayoría de los protagonistas de la serie (las jóvenes, las policías, el psicólogo, el sacerdote, los docentes, los compañeros, etcétera) luego que se viralizó un video de la violación a Blanca, durante una reunión de familias contra la toma.
¿Lobo estás?
La investigación del caso de violación y desaparición, derivara en un “juego” online conocido como “El lobo”. Se trata de una suerte de analogía de la historia real de “la ballena azul”, donde los jugadores virtuales realizaban todo tipo retos violentos como autoflagelaciones y autolesiones, para avanzar hasta la última prueba que consistía en el suicidio. Este “juego” en línea comenzó a “jugarse” en 2013 y a viralizarse en 2016. Fue creado por un joven ruso, ex estudiante de psicología quien confesó que su objetivo era “limpiar a la sociedad de los inútiles”. En el caso de “El lobo”, unirá jugadores en jaurías cuyos retos se trataran de todo tipo de abusos misóginos contra las “débiles presas” y tendrá un objetivo de “limpieza” similar.
Así la historia aprovechará también para hablar de grooming y de la presión que sienten los jóvenes por “encajar”. De los grupos y su identidad, los miedos y los silencios ante la violencia. De la reproducción y de la dominación. El Lobo manejara a las jaurías casi al punto de convertirlas en autómatas adoctrinados por el juego y el deber a su grupo y a su líder.
“La verdadera naturaleza del hombre es violenta territorial y dominante”, dirá este lobo fascista, cuyo objeto es “educar generaciones de hombres duros” cuenta con el poder de ser un hacker que maneja la información privada de todos los que juegan su juego. Este será el as que utilizara una y otra vez para doblegar a los miembros de sus jaurías, contra quienes se muestren débiles y quieran abandonar las partidas. El lobo siempre hará gala de estos recursos para manipularlos y adoctrinarlos para continuar al lado de sus compañeros que ya se comportan y consideran “machos alfa”.
Así, la serie intenta contar que muchas veces no sólo ellas serán las víctimas. Y que los niños y los adolescentes se encuentran como flancos vulnerables, expuestos también a otros tipos de acoso, bullying, burlas, ataques y violencias.
Incluso, no es de extrañar que este “Lobo” adquiera un discurso fascistoide para interpelar a determinados hombres que se sienten excluidos o marginados. En el último tiempo se han producido denuncias y controversias sobre la apropiación por parte de organizaciones fascistas y neo nazis en la industria de los videojuegos. Un caso resonante fue el del GamerGate (2014) donde camuflando sus discursos llevaron al acoso y a la persecución contra el movimiento de mujeres dentro de esa comunidad.
Organizadas contra los lobos: “¿qué parte no entendiste, la N o la O?”
La organización de las estudiantes que comenzaron la toma contra los abusos y la continuaron cuando su compañera desaparece, estará presente a lo largo de toda la historia.
Pañuelos verdes y cánticos, movilizaciones, organización de las vigilias en la escuela, pintadas y banderas. La lucha primero será encabezada por las chicas, pero pronto irá ganando el apoyo de muchos de sus compañeros. Y no sólo ellos. Una movilización de 15 mil personas por las calles de Chile será la respuesta a la viralización del video de la violación de Blanca, contra todos los actos de violencia misógina.
La historia intenta no callarse en nada y por eso se aturde un poco denunciando todo. Así también hará lugar entre los 8 capítulos y forzará diálogos para hablar de violencia psicológica, pedofilia, trafico de menores, la corrupción de la Iglesia, etcétera. Golpeando de costado a la responsabilidad estatal en el encubrimiento y en el rol de los altos mandos policiales que a toda costa quieren cerrar las investigaciones y volver a la calma a una sociedad hastiada de tanta violencia. Collage que no deja de ser un fiel reflejo de la sociedad chilena postpinochet.
Pero sin dudas, el acierto es que toma la fuerza del movimiento de mujeres, la ola verde, el ni una menos y el vivas nos queremos. Y reivindica que es necesaria la organización y la lucha contra todo tipo de violencia, pero que el enemigo real es el que detenta el poder del capital. Y que siempre habrá lobos agazapados, que operen escondidos en el bosque, mientras no se termine con el sistema que es el responsable de la dominación y la opresión de millones en el mundo.
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Un centro de detención obligatoria, para inmigrantes ilegales que ingresan a tierra australiana, es el escenario de Desplazados, una miniserie de Netflix de seis capítulos, coproducida por la actriz Cate Blanchett y estrenada recientemente. Se basa en la historia real de una ciudadana australiana, Cornelia Rau (Sofie en la ficción), que estuvo detenida ilegalmente entre 2004 y 2005, durante 10 meses, como parte del programa de detención obligatoria de su país. El escándalo de su caso destapó la olla de cientos de detenciones ilegales y otros abusos por parte del gobierno y su Departamento de Inmigración y Asuntos Multiculturales e Indígenas (DIMIA).
La historia gira en torno a la detención de Sofie, que está intentando huir de su país con un pasaporte falso y, a la par, de la de una familia de afganos que están escapando del régimen talibán y son estafados por un traficante de personas. Durante el encierro convivirán con una amplia gama étnica de detenidos que incluye iraníes, coreanos, afrodescendientes y kosovares; un policía que acaba de sumarse al equipo del centro de detención y la jefa del equipo de migración. Al estar centrada en la joven blanca australiana, la serie pierde la fuerza de la denuncia al no meterse más de lleno en la crisis de los migrantes. A pesar de ello, está presente la crítica a la burocrática y represora política migratoria.
¿Qué son los centros de detención de migrantes?
Se trata de cárceles que buscan disuadir a las personas que migran en búsqueda de asilo. Familias enteras pasan años encerradas esperando que les asignen una Visa o finalmente decidan deportarlos. “Los grupos de derechos humanos los consideran [a los centros de detención] una violación a las leyes internacionales. El gobierno australiano dice que son esenciales para regular el flujo migratorio” (The New York Times, 30/6/19). Esta denuncia se encuentra presente en la trama de la miniserie y no es de extrañar, ya que Cate Blanchett es activista por los derechos de los refugiados.
Cabe destacar que quienes son detenidos son inmigrantes ilegales, pobres, que huyen de guerras y dictaduras. A nivel mundial, se atraviesa una crisis histórica en materia de desplazamientos. Acorde a un informe reciente de las Naciones Unidas para los Refugiados de la ONU (18/6), a fines de 2019 eran 79,5 millones de personas las que habían sido “forzadas a huir de sus hogares” y se encontraban desplazadas, entre las que estaban en otras áreas de sus propios países (45,7 millones), en otros países (29,6 millones) y las que esperaban el resultado de solicitudes de asilo (4,2 millones). El 80% se encuentran en países o territorios afectados por inseguridad alimentaria aguda y desnutrición; muchos de ellos también provienen de territorios que enfrentan riesgos climáticos y de desastres naturales. El 40% de los desplazados “son niños y niñas, lo que equivale a las poblaciones enteras de Australia, Dinamarca y Mongolia juntas”. Se trata de cifras muy preocupantes que tienden a aumentar año tras año, empujadas por las políticas de los Estados imperialistas -y sus cómplices en territorio- de incentivo a las confrontaciones bélicas y ahogo económico y sanitario de las poblaciones.
La miniserie se hace eco de las movilizaciones que buscan persuadir a los gobiernos para que brinden libertad y asilo a los refugiados, a la vez que intenta mostrar la burocracia que hay detrás de las oficinas gubernamentales que deben atender los asuntos de los migrantes. Dependencias atestadas de legajos que nadie atiende conviven con la brutalidad de un sistema que trata a quienes migran como delincuentes.
En el enfoque de la ficción, no todos los funcionarios y policías son iguales en la mano dura y el abuso de poder, pero aquellos que no aparecen, con todo, adaptados al sistema podrido y no lo combaten. Incluso con la concesiva línea de que “hay policías buenos y policías malos”, reconoce que los primeros nunca encarnarán un proceso de cambio. En el mejor de los casos harán la vista gorda a la violencia que ejercen sus superiores, o terminarán por renunciar.
El Estado es responsable
Sin dudas la serie responsabiliza al Estado australiano por la situación en la que se encuentran los aspirantes a ser asilados. En varias escenas muestra cómo son los funcionarios de altos mandos los que se preocupan por tapar los vejámenes que se producen en estos centros de detención. Y como la presión de la prensa y la intervención y denuncia de los organismos de derechos humanos son los que intentan echar un poco de luz sobre esta enorme tragedia social.
Las múltiples denuncias de los organismos de derechos humanos señalan también que muchos refugiados no solo son víctimas de golpizas y torturas, sino que además intentan suicidarse dentro de los centros de detención. La ficción muestra un poco el abandono, el desamparo y la desesperación que sienten las personas que terminan allí marginadas. Aunque elige no hacer hincapié en los distintos tipos de violencia física y psíquica que padecen los refugiados, no dejan de estar presentes. Se pierde bastante en contar historias personales que, si bien acompañan al relato, también amortizan lo que contado de otro modo significaría un cachetazo de realidad que difícilmente pudiera ser consumido en el pochoclo del streaming.
Algo que destaca la serie es la precariedad sanitaria de estos asentamientos. Esta situación es aún más explosiva en la crisis del coronavirus. El aislamiento social y las medidas de prevención son imposibles de adaptar en los contextos de encierro, como lo vienen demostrando los contagios en las cárceles. Sumado a esto, como informan diversas ONGs, estas personas “ya soportan la carga de muchas enfermedades infecciosas, incluida la neumonía, la malaria y el cólera, y sus familias ya luchan por obtener una atención médica adecuada” (Save The Children, 2020).
Con sus aciertos y límites, Desplazados aparece como un emergente de un fenómeno catastrófico, de migraciones masivas en las que muchas y muchos pierden la vida escapando de las torturas de sus tierras natales, y de las burocracias y violencias con las que son recibidos. Una durísima realidad que está lejos de ser potestad de Australia, y se vive a diario en el mundo, inclusive en los países que posan de “democráticos” como Francia y Estados Unidos. El resultado de un nefasto sistema, el del capital, contra el cual debemos organizarnos y rebelarnos quienes luchamos por la libertad en un mundo de iguales.
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El anuncio del arancelamiento de la salud y la educación superior a extranjeros no residentes como chivo expiatorio de una política contra la población.
En 1971, con el auge del movimiento de mujeres en Estados Unidos, se logró volver a introducir un tema que aún sigue estando pendiente en su Constitución: la Enmienda por la Igualdad de Derechos (ERA, por sus siglas en inglés), que fuera propuesta originalmente en 1923 y que continúa sin aprobación un siglo después. La compone un solo artículo dividido en tres secciones, la primera de las cuales establecería que “La igualdad de derechos ante la ley no será negada o coartada por los Estados Unidos ni por ningún Estado por razón de sexo”.
La agitación alrededor del punto durante los ’70 es el centro de Mrs América, la miniserie de FX lanzada en mayo y basada en hechos reales, que combina imágenes de archivo con una muy lograda puesta en escena de la década.
Sin duda, es un acierto del guion la representación caricaturizada de los argumentos conservadores en boca de figuras como la ultraconservadora y carismática Phyllis Shchafly, interpretada por Cate Blanchett. Shchafly es la republicana que liderará y organizará a las amas de casa contra la amenaza que representaría, según ellas, la implementación de la enmienda. Las Infamias y falsedades sobre lo que significaría se cuelan una y otra vez en los discursos, dejándolas en más de una ocasión expuestas ante la prensa. Su motor es el cuidado del statu quo de la familia americana y religiosa. Es imposible no establecer un paralelo de sus discursos con los argumentos que hoy esgrimen los sectores “pro vida” y clericales, respecto de cuestiones como el aborto o la comunidad LGBTI. En realidad la propia Shchafly utilizó la controversia que genera el tema de la ERA para intentar conseguir su verdadero anhelo: ser funcionaria del gobierno de Ronald Reagan exponiendo sus ideas sobre armamento nuclear y la política exterior que había llevado adelante Nixon. Los “asuntos de mujeres”, como ella los consideraba, serían la llave que encontró para intentar hacerse de ese lugar, para ser tomada en serio por los hombres en el poder.
A las demócratas no les va mucho mejor en la representación de esta ficción. Si bien para las conservadoras ellas serían un grupo de ultra izquierdistas y comunistas, con el clásico temor yanqui al demonio rojo soviético, la serie muestra que estas referentes son más bien conciliadoras. La unidad de estas líderes demócratas, entre las que se destacarán Gloria Steinem, Bella Abzug y Betty Friedan, irá mostrando las diferencias y fisuras entre los intereses de los distintos sectores del partido. Y si bien sus discursos tendrán asideros más realistas y el guion es un poco más benevolente con ellas, las disputas entre las distintas camarillas demócratas muestran a ese partido las más de las veces como un rejunte meramente oportunista.
¿Y las clases?
La cuestión de clase está desdibujada en la lucha que narra esta miniserie. Aunque quienes encabezan la disputa contra la ERA son los sectores de clase media y más pudientes y las PRO ERA serían las trabajadoras, los intereses por los que se organizan más tienen que ver con distintas cuestiones de género que por las desigualdades sociales. Asimismo, según el guion, lo que motiva a cada una es tan particular que cada quien defiende de alguna manera la bandera propia por sobre la lucha general de la equidad. Quien abortó piensa que el aborto es el derecho esencial, las afroamericanas que la lucha principal es por los derechos de la comunidad negra, las lesbianas la libertad sexual, etc. Y así, quienes mueven los hilos de las negociaciones con los legisladores, irán siendo presionadas para dejar de lado alguna de las cuestiones en búsqueda de consensuar.
De uno y otro bando, se mostrarán movimientos pluriclasistas de mujeres que no entran en contradicción de clase durante la trama de la historia. En todo caso, encontrarán en sus aliadas, en distintos momentos, una falta de perspectiva de género en su accionar, y eso será lo contradictorio.
Los hombres y la opresión en Mrs América están presentes y, aunque juegan un rol secundario, influyen en los vínculos con las mujeres. Aparece la contradicción de quienes luchan por sostener un statu quo que la ERA vendría a romper, esa “ventaja” de ser amas de casa mantenidas por sus maridos, que al mismo tiempo no se libran de vivir esas mismas situaciones con incomodidad: al ser obligadas a tener relaciones, a mentir para organizarse en la defensa de la familia, a tolerar abusos por los políticos de sus propios colores, a soportar el sexismo.
En ese sentido, las “liberales” Pro ERA mantienen relaciones con sus pares (amigos y parejas), en la visión de la serie, mucho más equitativas. Los opresores son otros miembros del Partido Demócrata, los poderosos políticos.
La miniserie opta por no hacer eje en las movilizaciones de masas características de los ’70. Su centro está en el lobby que ejercían los partidos alrededor de la enmienda, guiñando siempre un ojo a los demócratas.
La situación de la enmienda, hoy
Ya puede decirse que son un signo de esta época las producciones culturales que representan el rol de las mujeres. Al parecer, desde el #Metoo a esta parte la industria cultural ha descubierto que las mujeres no son solo aquellas que ocupan a veces lugares de poder, sino también quienes nos empoderamos, luchamos y nos organizamos, y que contar esas historias vende.
40 años han pasado desde los hechos que trata la serie. En este período, la enmienda por la igualdad de derechos no ha logrado aprobarse en los 38 estados necesarios para convertirse en ley. Cuando lo consiguió, en 2020, quedó sin embargo en un limbo legal, ya que el tiempo que se había propuesto para su implementación había expirado, y la cámara que presiden los republicanos considera que no es posible ampliar el plazo.
Mrs América cuenta, en síntesis, la lucha de la ultraconservadora Phillys Shchafly contra la rebelión del movimiento de mujeres, y cómo en la “tierra de la libertad y las posibilidades” y del “sueño americano”, ni siquiera se ha garantizado algo tan básico como un sello de igualdad en la carta magna. Y menos que menos, claro, la emancipación de las mujeres, a la que solo un giro radical de la historia podría abrirle camino.
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